NUESTRO LINAJE

[Orlando Ordóñez Santos]

NUESTRO LINAJE

 

Con el Sol

a la cintura, el labriego

perlado hasta sus entrañas

puñada a puñada acaricia a la tierra.

 

Reclinada la colina

generosa extiende

su lecho donde

abrigar, la semilla.

 

El firmamento azulino

aguarda ansiosa la llegada

pronto de nubes colmadas de

lluvias redentoras, dulces lágrimas.

 

El grito levantado

desde la misma Mamapacha

encuentra la fortaleza alrededor de tantas

manos campesinas amurallando férrea la faena.

 

El Ayllu y el Ama Sua,

mismas raíces han podido sobrevivir

a tanto tropel y espadas invasoras,

bastó una sola piedra del Sacsayhuaman.

 

Esta es la legión de quienes

alados conversaban con las nubes;

los relámpagos eran sus candiles,

mientras la cantuta renacía roja, rojita.

 

Orlando Ordóñez Santos

Derechos Reservados – Imagen de la Red.

[Benjamín Adolfo Araujo Mondragón]

¡Muy buen poema, Orlando!

[Maria Oreto Martínez Sanchis]

Hermoso poema en homenaje a los campesinos que trabajan duramente la tierra y especially te a los pobladores ancestrales de las tierras. Felicitaciones.

Un abrazo

[Aimee Granado]

He viajado con tus versos hacia la cordillera de los Andes, donde majestuosa se erige la"fortaleza ceremonial" inca ubicada a dos kilómetros al norte de la ciudad de Cusco,  capital del antiguo Imperio Inca. El valle se encuentra cercado por montañas y está bañado por el río Tullumayu. Esta zona posee un paisaje de gran belleza, flora y fauna abundantes, entre la que destacan las llamas y los halcones. Me ha encantado incursionar en la geografía de tu tierra, adentrarme en sus simbólicos lugares, empaparme del linaje ancestral y conocer de las bondades de la creación en la región.

Bellos tus versos, haciendo alusión a la nobleza de tu pueblo trabajador, lleno de valores que bendicen la férrea faena con el sudor de sus frentes y el arrebato maravilloso de sus manos alfareras de anhelos.

Y ese final, precioso, donde ha de brotar entre relámpagos y las dulces lágrimas de las nubes, la belleza de los claveles, esa cantuta quechua que seduce con el rojo de la pasión.

Gracias amigo por este compartir lleno de simbolismo que nos acerca a la magnanimidad de tu tierra encantadora por su naturaleza y por su historia.

¡Felicitaciones!

[MANUEL ANTONIO IBARRA ACOSTA]

Excelentes versos en una inspiración sublime al linaje. Felicitaciones  poeta Orlando. Recibe en la distancia, afectos y saludos desde mi Caracas/Venezuela.