El manzano desconoce su nombre
mas cuando la madurez
llega da el noble fruto
de otoñal perfume.
Nadie mira el loto
que en el cieno nació
mas su flor, erguida y ufana,
muestra su cáliz abierto
mientras la brisa juega
entre sus suaves pétalos.
Nadie sembró el trigo
en medio del campo
más su espiga se yergue,
enhiesta, y si nadie la recoge
ella, sin queja alguna
y en divino silencio
prodiga sus granos
al hambriento gorrión
que los requiere...
Así mis versos,
fruto de ansias celestes
y amor infinito, que muchos
hasta carecen de nombre
y quizás nunca sean leídos;
igual que el manzano,
el loto y la espiga de trigo
cumplieron ya su destino
prestando armonía a la inefable
y eterna Esencia del Universo...
Delia Checa
de mi libro “Poesía”.
Mendoza, Argentina
2014
Comentario
Muchas gracias, Beatriz.
Tienes razón, echar a volar nuestra creatividad
y las generaciones futuras decidirán si nos leerán o no.
Abrazo.
Una analogía haces del manzano y tus versos. Si, es posible que sea así y asi es que tú quisieras que sean; a final de cuentas CREO que todos los que escribimos lo queremos de igual manera. El tiempo dirá si nuestras letras son manzanos o humilde hierba que brota también sola en el campo. El numen, la forma de escribir y el numen son la tierra fértil y el agua que requiere toda flora. Y las futuras generaciones decidirán que fruta o árbol puede ser de su preferencia, si acaso algo valieran nuestras letras.
Mil gracias Delía Pilar
Una analogía muy interesante, no hay que adelantarnos al tiempo simplemente.
Un abrazo
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