Aunque soy un hombre, el llanto se asoma,
Por ti, la melancolía, como una sombra.
No importa el tiempo, siempre te amaré,
Eres la razón de mi vida, mi bien amado edén.
No hay amor más sublime que el que compartimos,
Ese lazo eterno que en mis sueños persiste.
Como quisiera que me beses como en el ayer,
Cuánto extraño esas caricias que me hacías obtener.
Ya no me abrazas como antes, ni me besas como solías,
El viento susurra la pérdida de tus días.
Por un beso tuyo, daría el mundo entero,
Ese anhelo eterno, como un hechizo sincero.
Las caricias de antaño se desvanecen en la bruma,
Como hojas que caen en el otoño, ninguna.
Cómo añoro esos besos que eran mi consuelo,
Un pacto de amor que hoy parece un anhelo.
Aunque el tiempo avance y las cosas cambien,
Mi amor por ti, inmutable, como un reflejo en el lienzo de Edén.
Aún en la ausencia, resuena tu esencia,
Por un beso tuyo, mi amor, daría la existencia.
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