P e p i n a

P E P I N A

            Pepina trabajó en un circo y desde que visitó Toluca se quedó a vivir en esa ciudad, ideal para ella muy afecta a las alturas y al frío. Aunque Pepina nació en una de las costas de Oaxaca, nunca quiso dar a conocer en cuál de ellas, pero contaba a quien quisiera escucharla que desde pequeña padeció con el clima; no soportaba el calor y menos

todavía cuando con su mensual cuota de sangre dice que se le subía más y más el calor hasta volverse insoportable.

                          Tiene muchas ventajas el frío, mire usted, para no andarse con pendejadas y para empezar acá, arriba de los 2 mil quinientos  metros de altura sobre el nivel del mar no abundan las sabandijas como en las costas, que a la vuelta de la esquina o debajo de la cama chingan y chingan de un madral de especies de lo más raro. Igualmente sucede con las enfermedades, con el calor las enfermedades proliferan se vuelven infecciosas y corren de familia en familia y de pueblo en pueblo hasta hacerse verdaderas plagas, en cambio acá en el frío la gente es más, mucho más sana y aunque su carácter sea también frío, como el clima, es mejor a andar de jacarandosa por todas partes pero siempre acalorada y, a veces, hasta sin poder dormir, en cambio aquí nomás con que te tapes bien pasas una buena noche y duermes de filo. ¿No es así?, decía a toda la gente que la escuchaba por vez primera.

                           Por eso es que Toluca, como en otros sitios parecidos, pero primordialmente Toluca, suele tener una suerte   de imán con la gente que llega. Llegan, casi siempre en busca de cambiar de aires y aunque toda la vida se la pasen berreando contra los toluqueños por su carácter y falta de sociabilidad y ser bastante desconfiados y poco amables, nunca terminan por volverse a sus lugares de origen.
                       A Pepina le gustaba mucho andar en las alturas, pues en el circo era equilibrista, pero conforme pasaron los años y sintió que mermaban sus condiciones físicas, presintió que
algo trágico podría sucederle de continuar por esa rutas y optó

por dar marcha atrás y cambiar de actividad para convertirse en una artesana y vendedora de carpetas, manteles y
servilletas con múltiples formas que aprendió precisamente en el circo por parte de una dama, la pareja del mago, que así entretenía su ir y venir por el territorio nacional, de
ciudad en ciudad, para no aburrirse y hacerse de unos centavos extras pues su marido muy poco dinero le acercaba para cumplir sus necesidades y caprichos personales.
                      A Pepina la fue conociendo cada vez más gente por su manera de relacionarse y por su tendencia a caminar y caminar por toda la ciudad y abrir paso a su mercado artesanal con bastante éxito, por cierto. Por eso no fue excepcional que mucha gente se sorprendiera cuando fue acusada de haber robado un banco en ´pleno centro de la ciudad. Lo primero
que la gente decía, era -¡¿Pero cómo si esa mujer es incapaz de hacerle daño ni a un gato o un perro…?!...seguramente hay un error, una equivocación o es otra de las veces en que la
policía busca al azar una persona para inculparla, pero en todo caso esta contingencia es un caso fortuito; ya se sabrá pronto la verdad, terminaban diciendo casi todos como un
consenso generalizado.
                       Pero así fue Pepina, en una de sus visitas al centro de la ciudad fue detenida por la policía porque minutos antes había sido asaltado el Banco Mercantil que está en pleno centro de la ciudad.
                      Pronto se sabría que la casualidad que condujo a la policía al equívoco tenía su explicación dado que apenas minutos después de haberse boletinado por radio del asalto, dos policías
que se encontraban precisamente en Los Portales donde circulaba Pepina la vieron contando los billetes que recientemente había recogido de un cuantioso pedido, encargo
acumulado por varias semanas de una familia de libaneses asentada en esa ciudad por generaciones.
Pepina quedó libre, pero espantada…

Del libro inédito de cuentos: LA REGLA DE ORO.

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Comentario de Silvana Beatriz Sosa Hace 3 horas

Benjamin:

hermoso relato nos compartes. Me encantó. Felicitaciones.

Ando revisando  cada texto  para corroborar las evaluaciones y observaciones del jurado, antes de colocar los diplomas.

Gracias por estar aquí compartiendo tu interesante obra.

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