Amanecí siendo
la otra cara del espejo,
el viento me dijo
que mi corazón antiguo
se había mudado.
Y me vi
con otros vestidos,
resucitando del escombro de lo oscuro,
mudando de la piel del drama,
en metamorfosis rotunda a lo eterno.
En plena noche
veo la luz del día,
en el bullicio
puedo encontrar una vela de paz.
El miedo
ha cortado su feroz lanza,
la duda se ha recostado
en un nido pequeño de fe.
Campanadas de esperanza
tocan en mil palabras resucitadas,
una luciérnaga luminosa vuela
por mis desiertos.
Se abre el telón de la vida,
puedo ver su escena de tragedia
con tiaras de paz.
La dolorosa llaga
aún supura,
pero Dios
me otorga
sus armas de combate,
en su voluntad de blancas gardenias
descansan mis sábanas.
Soy otra,
lo huelo,
lo siento,
lo sé,
como Kafka no me han salido patas,
pero sí algunos rayos de esperanza.
Autora Edith Elvira Colqui Rojas Perú Derechos reservados
Comentario
Gracias linda Teodora
Ha sido un gusto leer tu inspiración a la otra que te sientes en el presente.
Saludos cordiales, poeta
Teodora
muchas gracias mi querida Alicia
Gracias querido Crispulo
De nada Edith.. te lo mereces. )
hola silvanita muchas gracias
Agregado por Nilo 0 Comentarios 1 Me gusta
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