NOSTALGIA

[Levy Ronny Benlabrat]

NOSTALGIA
“Si mi corazón pudiera marchar, él iría hacia ti a marcha forzada”.
Ibn Hazm de Córdoba, 994-1063.

Abierta como una herida es la nostalgia, ésa que anhela el regreso detrás de la verde alfombra del tiempo, siempre inclinada sobre el código inaudible del eco y el silencio. Ella es como un planeta solitario que arde en su llanto, un triángulo de fuego y dolor, una fina nota de poesía insaciable cuyas raíces brotan de la prodigiosa espuma celeste del alma y sus olas embrujadas.
La nostalgia disipa el miedo, vence el abismo de los bosques hechizados, nace de la soledad y el recuerdo, posee una luz divina hecha toda de rumores y acordes, es el ojo vigilante de la espera en su vacío resonante, un ingenuo disfraz de asombro y consuelo, una viva sombra que se oculta en las ruinas del tiempo cuando todo es silencio y tristeza, cuando todo desaparece en la penumbra honda del recuerdo, una vana sombra vertiginosa y huraña, irrestrañable y fulminante.
La nostalgia es el deseo incumplido del regreso, un sentimental lamento de pérdida, el elogio del tiempo pasado que permite permanecer a través del tiempo y trasladar hasta ese mismo instante, es una clase de falacia en el determinismo del pasado, un mito de eterno retorno que busca la forma del regreso, un símbolo de encuentro con la propia voz interior que ya no existe.
La nostalgia clama, arrastra y hiere, guía el alma al secreto del milagro, abre con sus estandartes las heridas más profundas, navega con los timones de las ilusiones y sus lúgubras notas, consuela en su danza viajera.
La nostalgia esta hecha de viento y espuma, es un río que despierta como una lluvia de caricias, conduce a sendas soñolientas, extravía, inunde en sus ardientes arenas movedizas.
Abierta como una herida es la nostalgia, desangra como la luna en el recinto del alma, es como una balsa que se acerca y de pronto se aleja hasta el horizonte infinito, sube a los altares, despierta las flores en versos de oro y músicas celestes.
La nostalgia anhela retornar a los prados verdes del recuerdo para iniciar la melodía sabia del alma y el himno divino de su magia, ella es un puente, una fuerza que brota del tibio lecho del recuerdo, ella es un amanecer de flores y rocío, un asombro ante la húmeda y despiadada sinfonía del alma, una gotera implacable entre los aromas del viento y la lluvia.
La nostalgia osa reconstruir los sueños y sus quimeras, quiere verse surgir de un fondo de pureza, susurra los perdidos colores y sabores del antaño, es una bandera de miel y luz que resucita entre las flores del agua, una luciérnaga que alumbra los cristales de la noche.
La nostalgia es una latente campana de pena y alegría, un nuevo soplo de vida en espejos y enigmas, una divina aparición de seda y terciopelo, una estrella celestial que se funde en llamas de lágrimas y gloria, una angélica lluvia que humedece el laberinto de las hogueras y el silencio.
La nostalgia brota en plena noche del ámbito de la ausencia, rodea el alma como una brisa desafiante, muerde y golpea con sus puños coléricos y dantescos, es una protesta contra la angustia real del alma, un inventario de angustia y dulzura que coloca el alma ante los deslices de la nada, es la languidez entre lo íntimo y lo secreto, una mariposa de mil colores agridulces que suspira ante sus alas abatidas y se pierde en el laberinto del refugio y el exilio.

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[Liliana MarIza Gonzalez]

La nostalgia es una latente campana de pena y alegría, un nuevo soplo de vida en espejos y enigmas, una divina aparición de seda y terciopelo, una estrella celestial que se funde en llamas de lágrimas y gloria, una angélica lluvia que humedece el laberinto de las hogueras y el silencio.

La nostalgia nos envuelve y hace nuestra realidad mas necesaria

Abrazos 

mary

Excelente!

mary

[Aimee Granado]

Alivia la nostalgia en otras tierras

el verso surtidor que no descansa,

se aferra a la eclosión de la palabra

genuino en alcorzar sus primaveras.

Inspiran desveladas las promesas

que llegan sin copiar adversidades

y es fiel a los estigmas entre azares

aún en la sequía que atormenta.

Se escribe en la ventisca mensajera

venciendo depresiones y vacíos,

no importa si entre etéreos espejismos

el álveo matutino se revela.

La pluma en alboradas callejeras

no puede mendigar lo que no es suyo,

auténtica se nutre en los susurros

que emanan del placer sin anatemas.

[MARÍA HORTENSIA AHUMADA BARRAZA]

NOSTALGIA EL PODER DEL DOLOR, HERIDAS NO SANADAS.

ME GUSTO TU ESCRITO AMIGO RONNY.

[Maria Beatriz Vicentelo Cayo]

La nostalgia clama, arrastra y hiere, guía el alma al secreto del milagro, abre con sus estandartes las heridas más profundas, navega con los timones de las ilusiones y sus lúgubras notas, consuela en su danza viajera.
La nostalgia esta hecha de viento y espuma, es un río que despierta como una lluvia de caricias, conduce a sendas soñolientas, extravía, inunde en sus ardientes arenas movedizas.

Cierto nos traslada y arrincona a lo más exquisito del pasado buscando cayados en la historieta del ayer, donde hubo un abrazo, un beso inmaculado en el arcón de nuestro sueños deseados que ayer fueron y hoy no son.   Y a medida que vamos viviendo la nebulosa melancólica de la nostalgia, nos va enredando, envolviendo encirculos imantados como una telaraña cuya final será perecer.  Mas que sería del hombre si no fuera por sus sueños?  Sueños que se vivieron, sueños que se vivirán?  En medio de la nebulosa corta al menos un rayo deslumbrante, permitiendo que la sonrisa se esboce en nuestro rostro.  Si, la NOSTALGIA ES UNA HERIDA cuya hondura está con nuestros muertos.

¡Una hermosura de publicación mi querido Ronny!!

Muchísimas gracias... Un gran abrazo