Dices que mi nombre tienes grabado en una piedra blanca y preciosa señor,
que siempre me llevas en la mente y el corazón,
que no me olvidas nunca,
que sabes el sabor de mis lágrimas,
el color de mis derrotas
y el sol de mis risas también.
Yo soy tu oveja pequeña,
la más débil y asustada, señor.
Tu oveja indefensa,
propensa a caer en la boca del lobo
sino me cubre tu divina luz,
¡Esa que siempre necesita
de tus abrevaderos sublimes de amor!
¡Dame un nombre nuevo señor!
Dame un corazón blanco como tú,
con los ojos siempre mirando al cielo;
con temple de duro hierro.
Derroca mis barros y miserias
¡Hazme vaso nuevo!
Un nombre nuevo me pusiste, señor,
me quitaste la túnica del egoísmo y la maldad,
purificaste mi vida;
me besaste en la cruz de tu bondad.
Yo, tu oveja sumisa,
con nombre nuevo
te sigo detrás contenta.
Porque tú eres el bien supremo, señor;
la plenitud de mi ser.
Autora: Edith Elvira Colqui Rojas-Perú- derechos reservados
Comentario
Oh Magnolia mil gracias
Gracias Ma Angeles
Gracias Iris
Gracias mi Gloria hermosa
Gracias Jesusito bello
Gracias querida Beatriz
Amén
En estos momentos en que la vida nos está sacudiendo
de tantas mil maneras, leer tu poema es orar
y es clamar conjuntamente al Señor
que nos de fuerzas para superar tantas adversidades
en salud y en vida.
El Señor nos siga cuidando como a su ovejita querida.
Gracias Edith, por tus lindas letras de plegaria.
Hermosa plegaria a nuestro amado Salvador. Un deleite volver a deleitarme en la lectura, mis felicitaciones amiga, un fraterno abrazo.
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