MALIGNA OBSESIÓN
Una obsesión maligna surca rauda las venas,
de los que se recrean en sembrar ignorancia.
Ansiosos de arrancar todas las cosas buenas
que forman la memoria sagrada de la patria.

Quieren como nerones someter a las llamas,
los valores históricos de esta bendita tierra.
Parecen personajes que nacieron sin almas,
hoscos y pendencieros y de cabezas huecas.

Todo el odio engendrado tomó fuego enseguida
y se extendió sin pausa por toda la región.
Bautizaron lugares con los nombres indígenas
y cayó al pavimento la estatua de Colon.

Otro en sufrir con furia los rigores lunáticos
fue el corcel que retoza vivaz en el escudo.
Voltearon su cabeza de mirar democrático
y en el tercer cuartel hay un equino zurdo.

La bandera asimismo fue objeto del enojo
que se basó en acciones totalmente supinas.
Sin saber ni siquiera que Venezuela era solo,
el autónomo espacio de unas siete provincias.

Entidades que audaces emitieron el grito
que condujo al país a la emancipación.
Y tres provincias más quedaron en circuito
con las normas y órdenes del imperio español.

Mas tarde fue Bolívar objeto del maltrato.
Trocaron su semblante de una manera cruel.
Que, si el Libertador contempla ese retrato,
seguro que diría: “No me parezco a él”.

Cambiaron a su gusto todo lo de aquel genio.
Lo vejaron con gusto, con saña y con placer.
Le arrancaron su porte de militar egregio,
para desconocerle su esfuerzo y su laurel.

Después vino Caracas a correr la desdicha
de arrancarle también todos sus atributos.
La sultana es ahora la dama que suplica,
para que la liberen de personajes brutos.

La metrópoli hermosa de Diego de Losada,
se mueve entre penurias y momentos aciagos.
A la ciudad le duelen bastante las pisadas
y ruega que la ayude al apóstol Santiago.

Los felinos hermosos que adornaban sus calles
al parecer lo enviaron hacia otras dimensiones.
Y tristes parroquianos difunden por el valle
que han visto en una isla los inmensos leones.

En lugar de leones pusieron indios puros
como custodios fieros del cerro cautivante.
Pero no son los indios que tuvo Guaicaipuro
sino los indios fieles de Don Francisco Infante.

No contento con eso se han dado a la tarea
de atropellar el himno de la bella Caracas.
Y andan buscando el modo de eliminar la letra
que escribió con cariño José Enrique Sarabia.

Y no es raro que un día el régimen le impute
la autoría de la música a un inútil converso.
Y puede que Pezzuti de su tumba se impulse,
para que así no puedan expropiarle los huesos.

Mas tarde fue La Guaira donde el sol es el faro,
que expande su fulgor por todas esas playas.
De un plumazo certero un despiadado ignaro,
le quitó el simbolismo y la esencia de Vargas.

Ese despojo absurdo que hicieron al galeno,
satisfizo el capricho de cíclicos dementes.
Ellos no tienen trato con personajes buenos,
pero si con aquellos de hábitos indecentes.

Qué trajo de provecho las tantas mutaciones
que ha sufrido la patria por locos desvaríos.
La verdad no se puede pedir muchas razones
ya que nada se espera de cerebros vacíos.

Solo basta mirar a lo que hemos llegado.
Sentir como esta tierra es la tierra de nadie.
Y ver como se aferra el gigante malsano
en “cambiar lo que hay para que nada cambie”.

Que sea la Providencia la que dicte la pauta
y nos de fortaleza para arengar la lucha.
En los amaneceres siempre el sol se levanta
y la esperanza crece cuando Dios nos escucha.

Freddy Belisario Capella.
The Woodlands. Texas.
Julio 29/2019.

Vistas: 24

Comentario

¡Tienes que ser miembro de ORGANIZACION MUNDIAL DE ESCRITORES. OME para agregar comentarios!

Únete a ORGANIZACION MUNDIAL DE ESCRITORES. OME


DIRECTORA ADMINIST.
Comentario de Maria Mamihega el agosto 4, 2019 a las 6:59pm

felicitaciones  por tu destacado, un poema existencial y filosófico precioso

Ando revisando  cada texto  para corroborar las evaluaciones y observaciones del jurado, antes de colocar los diplomas.

Gracias por estar aquí compartiendo tu interesante obra.

Your image is loading...

Insignia

Cargando…