MI SER
Qué bóveda celeste, tan bella en cincelejo
en noche con luceros y astros titilantes
con luces y ese viento de las almas errantes
no se por qué no estamos, como imagen y espejo.
Y aunque tú no lo creas, sin rabia te aconsejo
que dejes de pensar, que no te estoy amando
tú eres la culpable si me estoy retirando
procura detenerme o sino yo me alejo.
Cada uno culpa al otro, nadie se culpa a sí
deseo cambiar la forma de amar a la mujer
sin ella no se puede disfrutar del momento
Que ella no vierta lágrimas y estaré yo contento
ayúdanos a amarnos pues tú sabes que es mi ser
Jesucristo amadísimo, apiádate de mi.
Rodrigo José Hernández Buelvas 3.2.89
Derechos Reservados
Comentario
Cada uno culpa al otro, nadie se culpa a sí
deseo cambiar la forma de amar a la mujer
sin ella no se puede disfrutar del momento
Esto es muy cierto, nadie es capaz de reconocer sus propios errores, es un mecanismo de defensa que constantemente se da.
Hay que revisar el segundo verso, por lo demás me encantó tu poema, el mensaje es hermoso, el verso que señalé muy asertivo demostrando el respeto que se le debe tener a la dama. El final es un petición sublime mi buen amigo.
Que ella no vierta lágrimas y estaré yo contento
ayúdanos a amarnos pues tú sabes que es mi ser
Jesucristo amadísimo, apiádate de mi.
Siiiiiiiiiiiii ME ENCANTÓ!!
Ay carambas solo ese segundo verso; un pequeño detalle que obliga a observar estas grandiosas letras!
Muchísimas gracias por tu excelente compartir!
Saludos con afecto y gran aprecio compañero de letras!
Agregado por Nilo 0 Comentarios 1 Me gusta
Agregado por Nilo 0 Comentarios 1 Me gusta
© 2024 Creada por Aimee Granado Oreña-Creadora. Con tecnología de
Insignias | Informar un problema | Política de privacidad | Términos de servicio
¡Tienes que ser miembro de ORGANIZACION MUNDIAL DE ESCRITORES. OME para agregar comentarios!
Únete a ORGANIZACION MUNDIAL DE ESCRITORES. OME