LA NIÑA CANTA

[Benjamín Adolfo Araujo Mondragón]

LA NIÑA CANTA (relato)

Una mujer cansada, con la mirada triste y el rostro ensimismado, va por la tarde recorriendo vida mientras su hija, la toma de la mano y va cantando, con los ojos en flor y la mirada puesta en el futuro.

No sabe, ni imagina, que su madre se irá, al otro mundo en unas horas y que su tristeza, que ni siquiera advierte, es sólo premonición, atisbo apenas de la muerte que llega.

La niña canta una canción que le aprendió a su padre, ya muerto, cuando él le cantaba en la cuna; y aunque ella bien lo recuerda lo siente vivo...y cerca...cuando canta...

...pero la madre eso no lo sabe; y ni siquiera oye a su hija. La enfermedad la ha atrapado y ya no ve, ni observa, ni mira, sólo sus ojos fijos en el interior la convierten en una sombra de sí misma...

Y esa mujer cansada llega a ningún lado, en esa tarde que es su última tarde. Pero la niña canta, canta y canta...

[Benjamín Adolfo Araujo Mondragón]

¡Tu comentario es interesante complemento de la historia; gracias querida Liliana Mariza!

[Benjamín Adolfo Araujo Mondragón]

¡Gracias, querida Ahikza Adriana, tu comentario me agradó!

Te deseo una lluvia de bendiciones.

[Benjamín Adolfo Araujo Mondragón]

¡Gracias, Lucía, por tu comentario y por reproducir el final del cuento; gracias y feliz miércoles!

[Liliana MarIza Gonzalez]

La niña canta tal vez por una premonición  de que su madre ira al encuentro de Dios

Muy bueno 

Gracias 

mary

[Benjamín Adolfo Araujo Mondragón]

¡Gracias querida Aimée por tu atento comentario!

Mil gracias por tu destacado...

[Ahikza Adriana Acosta Pinilla]

son escenas y vidas independientes, cuando se canta como cuando se ora, las escenas son independientes de la realidad... muy interesante el retrato de la escena, el retrato del instante.Gracias por escribir y compartir.Ahikza

[Aimee Granado]

El canto de la niña, esa expresión del alma que encierra  la esperanza en su colorido sublime vistiendo de verdor el santo lugar donde ha de descansar su madrecita. Aún en medio del dolor un trino del corazón alivia y consuela.

Muy bonito y conmovedor relato, querido amigo Benja.

Saludos fraternos.