Fecundación
Y sentí un estallido de luz en mis entrañas.
Supe que se transformaban dos células,
Primacía en remolino de vida.
Un alma nueva encontraba su cuna
y la paz divina inundó mi ser.
Desde ese día reconocí la suavidad
del pasto bajo mis pies.
No caminaba,
flotaba,
mi ruta se tornó fluorescente,
una nueva luz brillaba en mis adentros.
La suave brisa refrescaba las fibras de mi ser.
Vivía sobre diamantes de arena,
bajo rubíes en el atardecer.
Miles de manos se posaban sobre el lienzo fino de mi piel,
y mis dedos se tornaban dorados como el sol de la vida.
Cada instante giraba expandiendo el vértice del universo.
No cabía mayor alegría en mí
que no fuera sentirme santa, elegida.
En ese momento conocí el amor de Dios.
Carmen Amaralis Vega Olivencia
Comentario
Magnolia Stella, amiga querida, gracias y que pena lo que me dices de esa ley del aborto en Colombia, ufff, Dios mío, eres un sol, amiga, Amaralis
Qué bella y tierna composición poética que describe la realidad de la vida en la mujer y de la mujer en la vida. Contrasta triste y notoriamente con la aprobación del aborto hasta las 24 semanas, que ha legalizado la corte constitucional en Colombia. Te felicito por esta maravillosa expresión, amiga.
Admiración y cariño desde colombia, Carmen.
Benjamín, querido amigo escritor, muchas gracias. Una pena porque los hombres jamás podrán entender el milagro de la fecundación de la vida en el vientre de una mujer, bendiciones luminosas, Amaralis
Agregado por Nilo 0 Comentarios 1 Me gusta
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