Con el tiempo he comprendido
que este sentimiento no es de ayer,
ni hoy ni mañana; estuvo siempre
dentro de mi palpitando y fulgurando,
pero mis ojos ausentes no querían
ceder ante el ímpetu y la dicha
sentida. Cuando por fin dilucidé;
sin dogmas ni muchos revoltijos,
me dije tu eres el gran amor de mi vida
Te mire de frente y me fui acercando
como sonámbulo a tus labios rojos,
que se abrieron como pétalos en flor
y así fueron cediendo ante el ímpetu
declarado de este cuerpo enamorado,
cuyos palpitares se desvanecen
ante la caricia que no se olvida jamás;
ni de muerto, porque me la llevaré
hasta la mismísima eternidad
 
Este amor es de aquellos matizados,
entre brazas y néctares que consumen
los susurros vertidos en el halo de un río,
al cual nosotros lo dejamos pasar
para centrarnos en esta pasión
que se abre de hinojos convertidos,
en la verdadera ensoñación y la razón
de existir, porque si de algo me siento
pleno es de que tu ser es solo mío
Nelson 

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