Como los más terribles desastres
y las más espantosas muertes
sorprendieron a decenas y cientos de miles
de personas de la más diversa condición,
baste un momento de reflexión
para convencernos de que el ser humano
alardea demasiado en su sabiduría
porque, por los siglos y los siglos,
hasta el día del juicio,
no podrá evitar que la propia vida
lo degrade y asesine, pulverizando, así,
las obras más imponentes que haya creado.
Consideren todo eso y tornen luego
la mirada a esta verde, benigna
y docilísima tierra:
Así como el océano circunda las tierras,
existe también, en el alma humana,
una isla plena de gozo y paz
pero rodeada por todos los horrores
del oscuro vivir.
Dios los guarde de alejarse de ella,
¡Ya no podrán volver a encontrarla!
Comentario
Por desgracia, la humanidad no alcanza el techo de su escaza "HUMANIDAD".
Saludos Roberto
Roberto
No hemos aprendido nada. Siempre queremos, no importa como l obtenemos.
Excelente
mary
Pareciera que los miedos de perder lo que ya tenemos nos lleva a destruir lo poco que queda de verdadero y bello.
Los milenios con sus columnas caídas y esfinges silentes nos vuelven a recordar lo mismo.
Un abrazo
Lamentablemente el hombre por su afán de poder y conquista se olvida de la parte humana ..
Muy cierto, Roberto. ¡Ojalá lo entendiéramos!
Agregado por Nilo 0 Comentarios 1 Me gusta
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