En una casa sin nombre
vive un hombre sin voz,
con un crujiente sabor
a hojas secas
en la garganta,
y en el secreto de una vida muda
tiene un iceberg que quema
y un volcán sin calor.
Carga en su arcaica memoria
el murmullo de un amor que murió
y que el río turbulento de la vida,
por envidia le despojó.
En una casa sin nombre
emerge hacia el cielo
una sublime oración a Dios,
sin voz,
pidiendo clemencia a Jehová
porque la soledad
le taladra el alma,
mientras el reloj de la muerte
duerme
y continua su triste existencia,
sin percibir
la voz embelesada del amor.
Agregado por Nilo 0 Comentarios 1 Me gusta
Agregado por Nilo 0 Comentarios 1 Me gusta
© 2025 Creada por Aimee Granado Oreña-Creadora.
Con tecnología de
Insignias | Informar un problema | Política de privacidad | Términos de servicio
¡Tienes que ser miembro de ORGANIZACION MUNDIAL DE ESCRITORES. OME para agregar comentarios!
Únete a ORGANIZACION MUNDIAL DE ESCRITORES. OME