Cuando el sol dorado
dejó de mostrar
sus fuerzas graves,
los ojos se enclavaron
en flacas alas del incierto vuelo
Convidándola a quedarse
contemplando el mar,
todo hermosura
mudo silencio,
¡ frío en el cuerpo!
¡como enemigas!,
sombras…
En las tranquilas aguas
con el pecho acongojado
tal vez, en un grito sin eco
gima su corazón ,
ya caída la venda de los ojos
La melodía de su llanto suena
cediendo el poder
al áspero destino
¡embalsama su oscura soledad!
entre las sombras confusas…
el alma,
en mareo de vacío
sin respirar del aire,
la pureza
Y canta en un murmullo
la canción de la alegría
entre su deseo y el agua…
ante el solemne
horror de la batalla
que libera,
compulsando a solas sus ideas
del bien futuro
y el dolor presente
Añoranza de las velas
que se alejan
en denso silencio,
el viento como estandarte
de quien no teme la quietud
ni
las ondas de la mar ,
que guiarán sus pasos
***
SENDA © derechos de autor
13/12/2011
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