Destrozados... los agónicos silencios se deshacen
desde el corazón amordazado, donde anida el grito.
Caen de a pedazos, inútiles certezas,
y los miedos lejanos, lentamente, se agrietan...
Hay que empezar otra vez
aunque duela lo fallido
y quitarse las mortajas de los sueños perdidos.
Hay que empezar otra vez, desde el silencio
o desde el grito,
sin máscaras de indiferencia o de inútil cinismo.
Porque al igual que el dolor, un día...
la soledad también se irá
por los bajíos imprevisibles del olvido.
Y el corazón, tal vez despierte
con imágenes nuevas, rescatadas
del abandono y el vacío...
¡Nada es tan absurdo, como darse por vencido!
Para empezar otra vez...
desde el silencio, o desde el grito.
Nada es tan triste como haber perdido
la mirada ingenua y la inocencia
con la que mira su futuro, un niño....
Comentario
siempre es un honor estar en tus letras, Cristina nombre de mil recuerdos bellos de mis días, Marco
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