Día del Escritor

Leopoldo Lugones

El 13 de junio de 1874, nace en Villa María del Río Seco, de vasta obra literaria como poeta y creador de la narrativa corta, pero sin dudas su trabajo más meritorio fue la crítica y difusión por  su parte de la obra de José Hernández, si dudas a partir de Lugones es que el Martín Fierro se transforma en la obra cumbre de la literatura argentina, y es reconocida como precursora de la hispanoamericana, tuvo además un vida política frustrada, lo que dicen algunos lo llevo al suicidio, aunque otros sostienen que esta determinación la tomo por amor a una joven y ante las presiones de su hijo ( el conocido torturador "Polo" Lugones , introductor de la picana eléctrica en la Argentina). Además de ser fundador y primer presidente de la Sociedad Argentina de Escritores (SADE). Su familia tuvo el destino de la tragedia pues a su suicidio le seguirían el de su hijo y un bisnieto, siendo una de sus dos nietas una de las desaparecidas de la última dictadura militar. En su homenaje celebramos el día del escritor y le decimos humildemente Gracias Maestro.

 

Antecesores:

     Desde luego que la literatura argentina tuvo sus exponentes desde mucho tiempo antes, Luis José de Tejeda y Guzmán, el primer poeta argentino,  vio la luz en Córdoba  el 25 de Agosto de 1604, sus  abuelos y bis abuelos  habían llegado a esta región algo más de treinta años antes acompañando al fundador de  esa ciudad Don Jerónimo Luis de Cabrera, formándose  en un colegio que fundaran los  Jesuitas; y por lo tanto su relación con la literatura se da particularmente con la española, luego inicia la carrera de las armas y debido a algunos de sus excesos  pierde sus propiedades  terminado sus días como Fraile Dominico, en el Convento Santo Domingo de Córdoba, que  es donde escribe su obra literaria. Notablemente influenciado por Góngora es su estilo además netamente Barroco vinculado al Culteranismo. Si bien ya teníamos una primera manifestación en los escritos del clérigo Luis de Miranda y el soldado alemán Ulrico Schmidt, quienes llegaron a Fundar Buenos Aires por primera vez con la expedición de Don Pedro de Mendoza en 1536, algunos años después, escribieron las primeras relaciones que se conocen y conservan sobre el viaje, solo porque la acción sucede en el que más tarde será reconocido como el territorio argentino; los cuales pueden considerarse los dos primeros documentos de conformación de la prehistoria de la literatura nacional. Schmidt es considerado por algunos como el primer cronista de la región, pero ambos  eran extranjeros, como lo era Luis Pardo, otro insigne literato en la consideración de Lope de Vega , que se afincó  en Santiago del Estero  previo paso por el Paraguay; de ese tiempo hay  también escritos de  Matheo Rojas de Oquendo, también  residente  en esa región que era parte  de lo que entonces se conocía, como Salta del Tucumán, donde a mediados del siglo XVII ya se contaba con una historia escrita de la misma, redactada por encargo del Cabildo al doctor Cosme del Campo. El crecimiento de las ciudades en el siglo XVIII demanda de expresiones culturales y artísticas, por lo que viene el teatro a incorporarse como nueva forma literaria. En un principio de carácter religioso y de autoría importada; pero ya en 1717, en Santa Fe, se representa la que se considera la primera pieza teatral argentina, el primer texto que se conserva de un autor local. Es una loa para agradecer a Felipe V la supresión de un impuesto a la yerba mate. Su autor fue Antonio Fuentes del Arco (de quien no hay mayores datos filiatorios) y está protagonizada por tres caballeros, con una interesante referencia de ríos y selvas del noreste.   A fines del mismo siglo se funda en Buenos Aires El Teatro de Óperas y Comedias y luego el de La Ranchería; el autor local Manuel José de Lavardén presenta su obra El Siripo o Siripo, una tragedia romántica que representa la lucha entre conquistador y aborigen. Esta obra no solo tendrá repercusión por su temática, sino que también por ser la primera obra no religiosa en presentarse; en el siglo XX llega como ópera al Colón, máximo coliseo nacional. Hacia 1801 Francisco Cabello y Mesa, a instancia de Manuel Belgrano, funda el “Telégrafo Mercantil”, que quizás no tuvo la repercusión que merecía, pero que es una nueva forma literaria que se incorpora a las anteriores. El redactor periodístico debe procurar sacar y explorar sus virtudes literarias por más pocas que tenga para escribir textos que, sin ser tediosos ni complicados, le permitan al autor transmitir con claridad sus ideas, pensamientos y otras referencias al lector, porque sin dudas el periodismo escrito es un formato literario con características propias, donde además Lavardén sigue publicado, es decir que el periódico es un órgano no solo de difusión político-social, sino también cultural. Aunque hay casos aislados de literatura gauchesca desde el siglo XVIII, es en el siglo XIX cuando se establece firmemente como un género. Los ejemplos del siglo XIX son fundamentalmente poéticos: los versos políticos de Bartolomé Hidalgo, la poesía en el exilio de Hilario Ascasubi, el Santos Vega de Rafael Obligado, y la obra de Estanislao del Campo y Antonio Lussich. El poema gauchesco más famoso es “Martín Fierro” de José Hernández. La primera parte del poema apareció en 1872 y la segunda,” La vuelta de Martín Fierro” en 1879. Y la revalorización que posteriormente alcanza con la tarea de Lugones y  Tiscornia y   No podemos dejar de mencionar a la generación del 37 con Juan Bautista Alberdi, Marcos Sastre, Juan María Gutiérrez y especialmente Esteban Echeverría y mucho menos a Domingo Faustino Sarmiento cuya obra “Facundo” (1845) es considerada la fundacional de la literatura argentina.

Contemporáneamente y posteriormente a Lugones las letras argentinas seguirán sobresaliendo con la aparición de otros grandes escritores, entre ellos el más grande de las letras hispanas Jorge Luis Borges.

 

Entrerrianos:

        En 1848 El Gral. Justo José de Urquiza funda en la ciudad de Concepción del Uruguay, El Colegio del Uruguay (Hoy colegio J. J. De Urquiza), el tercero del país y primero laico, y trae de Europa notables docentes que incorporan a los estudios el de la lengua y la literatura, lo que instruye en estos temas a jóvenes estudiante venidos de toda la región litoral y algunos de los cuales luego se destacara como literatos:

Martiniano Leguizamón (cultor del modernismo), que a su vez lo ensambla con la literatura gauchesca para producir una genial obra teatral como lo es “Calandria”, con tal repercusión que es considerado el patriarca de la literatura entrerriana. Cursó sus estudios secundarios en el Colegio Nacional de Concepción del Uruguay donde inició una perdurable amistad con Fray Mocho. En 1877, a raíz de la supresión de las becas a estudiantes, funda, con varios compañeros, la sociedad educacionista “La Fraternidad”, que subsiste hasta nuestros días.  Se recibió de abogado en la Universidad de Buenos Aires. Su especialidad como narrador, autor teatral y poeta fue la descripción de la vida del campo. Adscripto al modernismo, realizó una síntesis entre esa corriente literaria y la literatura gauchesca. Entre sus más fervientes admiradores se encontraba el poeta Evaristo Carriego, quién tuvo la oportunidad de entrevistarlo. Desde su juventud se había dedicado a la poesía, y a los veinte años estrenó su primera obra teatral, Los apuros de un sábado o Una visita sabatina, pequeña pieza sobre la vida estudiantil. Representada en el teatro de Colón (Entre Ríos). Su obra de teatro Calandria, narra la historia de un gaucho rebelde, que al final de la obra termina por integrarse a la sociedad a través del trabajo.

José S. Álvarez Escalada, “Fray Mocho” escritor y periodista famoso por sus retratos costumbristas y de época, frecuentemente escritos en clave humorística. Nació en Gualeguaychú, provincia de Entre Ríos, el 26 de agosto de 1858, hijo de los orientales Dorina Escalada Baldez (hermana de Marcelino Escalada Baldez y nieta de Celedonio Escalada) y de Desiderio Álvarez Gadea. Estudió en el Colegio Nacional de Concepción del Uruguay, donde se inició como periodista. Escribió en numerosos periódicos: El Nacional, La Pampa, La Patria Argentina, La Razón; en revistas: Fray Gerundio (de corta vida), El Ateneo, La Colmena Artística. Escribió ensayos acerca de la vida en Buenos Aires de la última parte del siglo xix: Esmeraldas, Cuentos mundanos, La vida de los ladrones célebres de Buenos Aires y sus maneras de robar, Memorias de un vigilante. En 1898, publica el libro En el mar Austral, novela documental en la cual relata, merced a numerosos datos obtenidos por marineros y exploradores argentinos, la vida y los paisajes de la región fueguina a fines del siglo XIX. Fue fundador y primer editor de la celebérrima revista Caras y Caretas; allí realizaba ilustraciones sobre sujetos nacionales y extranjeros: de la realidad social, de interés general y de moda; también publicaba literatura urbana y rural. Sus contribuciones incluyeron muchas notas sobre los mejores escritores: Roberto Payró, Horacio Quiroga, José Ingenieros, entre muchos otros. Fue el primer escritor profesional de Argentina. En sus excepcionales descripciones de las costumbres regionales, el narrador es un observador. El mechaba sus escritos con los diferentes hablas de Buenos Aires incluyendo el “lunfardo” (el argot rioplatense). Sus escritos fueron parte del naturalismo, que fue una reacción contra el "romanticismo" que prevalecía, la rigidez del castellano, y la literatura en boga, y tuvo una contraparte en el París de esos años. El premio mayor de literatura entrerriana lleva su nombre.

 

 

Una escritora nuestra para recordar siempre:

 

Ana Teresa Fabani (Concepción del Uruguay, 6 de marzo de 1922 - Buenos Aires, 21 de junio de 1949), escritora y poetisa, reconocida como una de las figuras más notables en la literatura entrerriana de la década de 1940. Cursó su educación básica y más adelante se graduó como docente en 1939 en la Escuela Normal Mariano Moreno. Ese mismo año empezó a experimentar diversos quebrantos de salud ocasionados por una temprana tuberculosis y debió mudarse a la ciudad de Córdoba para iniciar un tratamiento en el sanatorio de Ascochinga. En 1946 se estableció en Buenos Aires, desde donde realizaba viajes a Concepción del Uruguay y a Córdoba. Inspirada en la obra literaria de Rainer María Rilke, de Lope de Vega y de Garcilaso de la Vega, en 1943 realizó su primera publicación de poesía en la sección de literatura del diario “La calle”. Posteriormente logró publicar su obra en diarios de prestigio como Clarín y La Nación. Su último libro en vida fue la colección de poemas Nada tiene nombre, publicado poco antes de su fallecimiento en enero de 1949. A modo póstumo, fue publicada su novela Mi hogar de niebla, una obra autobiográfica la cual no tuvo oportunidad de editar, pues falleció a los 27 años. La novela se imprimió en Buenos Aires en 1950, con un prólogo escrito por el escritor y dramaturgo Ulyses Petit de Murat​ e ilustraciones del artista Juan Carlos Castagnino.

“El trío literario formado por Fabani, María Adela Agudo y Ana María Chouhy Aguirre ha logrado notoriedad, especialmente por su aporte a la poesía de la década de 1940 y por lo prematuro de sus muertes”. La poetisa surrealista María Meleck Vivanco expresó en una entrevista su admiración con la autora: "Tendríamos que hacerle el homenaje que se merece como mínimo en la Biblioteca Nacional. Era agnóstica, pero con mucha humanidad adentro,…, Con su nivel de ternura tan alto y su extraña belleza, se la veía como iluminada".​

 

 

Elías Almada

Correo electrónico: almada-22@hotmail.com

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Comentario

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Comentario de Elias Antonio Almada el junio 14, 2023 a las 2:28pm
Comentario de Elias Antonio Almada el junio 14, 2023 a las 2:27pm

 Delia Pilar, muchas gracias por tu comentario, el poema es de Teresa Fabani, pasa que al copiarlo del sitio donde lo encontré tuve que editar la imagen y no me quedo su firma


ADMINISTRADOR
Comentario de Delia Pilar el junio 14, 2023 a las 10:03am

Muy agradecida por estos ensayos literarios tan didácticos, Elías. 

La literatura argentina tiene sus grandes cultores en estos que mencionas. 

Muy oportuna la publicación sobre Lugones que, a pesar de haber dejado 

su impronta en contra del pueblo argentino, no podemos negar su aporte 

a las letras, fundando la SADE y dejando su más que logrado aporte poético.

No conocía a la escritora Fabani y me alegro de haber aumentado el

conocimiento de nuestra literatura tan abundate.

¡Felicitaciones!

Ando revisando  cada texto  para corroborar las evaluaciones y observaciones del jurado, antes de colocar los diplomas.

Gracias por estar aquí compartiendo tu interesante obra.

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