DE TARDE POR EL MONTE

[JORGE SERNOQUI]

DE TARDE POR EL MONTE

El monte acuna soles

sobre la tarde de otoño,

Abril amarillea en las hojas

que de a una van cayendo

y el camino es un sendero

que trae y lleva viajeros,

y allá, en la curva del bajo

un molino perezoso

hace chirriar al silencio.

Un acordeón traduce

los sueños de algún hachero

el monte se hace poema

y el chámame tiene un dueño,

que abrazando su instrumento,

como queriendo atrapar

ariscos sones de viento,

que corcoveando en el fuelle

se hace canción en sus dedos.

La tarde teje su manto

sobre ese cielo obrajero

y en medio de la picada

como arrastrando sus huesos,

con una carga de leña

va lentamente un carrero.

Una perdiz mime tiza, a su paso

su plumaje con el suelo

y como gritando asustado,

un tero levanta el vuelo.

El acordeón sigue...y sigue

alegrando los silencios

y mientras cae la tarde,

van volviendo los hacheros

con un silbo entre los labios

y el hacha cruzada al cuello.

Es paisaje cotidiano,

santafesino y norteño

que a la espera de la noche,

siempre está enhebrando sueños.