Abandono.

Me bebo tus silencios en la copa reseca del olvido. Silencio con sabor a hiel que me quema las entrañas. Me alimenta el austero recuerdo de tu voz dulce y enamorada; de tus amorosas palabras que me arrullaban el cuerpo y el alma.

Donde había luz intensa hoy existe absoluta oscuridad. Donde se gozaba la alegría hoy se yergue inamovible el dolor, la soledad y la tristeza.

Al marcharte te siguieron mis sonrisas y el brillo ilusionado de mis ojos, mis miradas amorosas y los latidos de mi tonto corazón.

Vivo desnudo del amor que me brindaste. Con el frío mortal de tu ausencia y una herida que desangra lo profundo de mi ser.

Quisiera no extrañarte, no pensar más en ti… quisiera detener mis lágrimas de sangre. Olvidar que te amo tanto y en otros rumbos tratar de ser feliz. Pero eres el aire que respiro y el camino que camino. Eres el cielo azul y las estrellas; eres el sol y la hermosa luna llena.

En mi ser palpitan lentos tus recuerdos, se aferran como el dolor tan grande de saber que ya no estás cerca de mi.

Mis manos acarician hoy el viento y enloquecen al saber que en un momento te perdí.

Sé que tú no sufres la partida… Ni te duele un rincón del corazón. Que en las noches tu cuerpo es vagabundo, buscando en brazos nuevos el amor.

 

Carlos Eduardo Lamas Cardoso.

Derechos reservados.

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Comentario

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PLUMA MARFIL
Comentario de Carlos Eduardo LAmas Cardoso el agosto 26, 2013 a las 12:28pm

Elías,

Muchas gracias por tu lectura y tu comentario.

Saludos y bendiciones!

Ando revisando  cada texto  para corroborar las evaluaciones y observaciones del jurado, antes de colocar los diplomas.

Gracias por estar aquí compartiendo tu interesante obra.

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