Soy.
Estoy aquí y estoy allá. Tangible e intangible. En el llanto y en la risa. Sin un principio y sin un fin.
No tengo un hola ni un adiós. Un arriba o un abajo. No he nacido y he muerto cien veces.
No me ves y sin embargo soy, existo. Estoy en ti, cerca de ti y lejos de ti, mirándote en cada movimiento y en cada suspiro. Observándote en cada espacio y en cada rincón de tus sentidos.
Vivo en el festivo latido de tu corazón y en la sonrisa franca y cautivante de tus labios. En el paisaje que te asombra cada día y en las sombras sigilosas que eternamente te persiguen.
Estoy en las palabras que pronuncias y en los graciosos gestos de tu rostro. En el brillo de tus ojos y en la suave caricia de tus tersas manos.
Soy el sol de fuego perenne que cobija tus mañanas placenteras y soy la lluvia que bebes para calmar el ansia de tu sed. El viento que sin tener manos te acaricia y te inquieta. Soy un mar de sinfonías que alegran tus oídos. Un abundante río donde mojas tu cuerpo con el recuerdo del mío.
Soy una tumba abierta llena de tus negros recuerdos; tierra mojada y árbol con jugosos frutos frescos.
Estoy en la tibieza de tu piel y en la humedad de tus deseos. En el fuego que te quema los adentros y en el frío alucinante del desamor que inclemente te golpea.
Soy luna escondida en el universo de tus manos. Soy el rojo de tu sangre y el color de la pasión que hay en tus labios. La caricia profana de tus noches. El beso dulce que me niegas y el beso amargo que me entregas con pasión y con locura.
Soy el desvelo agazapado en lo profundo de tus ojos. La lujuria de tus manos cuando tocas extasiada tu bendita intimidad.
Estoy en los suaves algodones de tu almohada. En el sueño mágico y misterioso de tus noches. En el pan que te alimenta día a día. En las notas majestuosas e imponentes de tu eterna y consentida melodía.
Soy lágrima perdida en el cauce olvidado de un riachuelo. Una espina ya quebrada y una astilla que tiraste en cualquier suelo.
Soy el amor firme y dulce que en cualquier momento hace vibrar tu cuerpo entero.
El canto de las aves que te arrullan en tus momentos de silencio.
Soy lo que más has amado y lo que odias tanto por necesidad.
Soy lo mismo que eres tú y a la vez soy cualquier cosa totalmente diferente.
Estoy en ti, cerca de ti y lejos de ti, mirándote en cada movimiento y en cada suspiro. Observándote en cada espacio y en cada rincón de tus sentidos.
Carlos Eduardo Lamas Cardoso.
Derechos reservados.
Comentario
Mary Flor,
Muchas gracias por tus amables palabras y bello detalle.
Saludos y bendiciones!
Caro poeta Malume,
Muito obrigado para o seu tipo e palavras calorosas para este trabalho.
Saudações e bênçãos!
Ester,
Me siento muy alagado por tus amables y motivante palabras. Muchas gracias.
Saludos y bendiciones!
Elcira,
Muchas gracias por tu lectura y tus amables letras.
Saludos y bendiciones!
Maiigualida Pérez,
Muchas gracias a ti por pasar a leer y comentar este trabajo.
Saludos y bendiciones!
Gladys,
Muchas gracias por tu invitación, corro para allá para corresponder la visita.
Muchas gracias por tu amable comentario.
Saludos y bendiciones!
Kokul,
Muchas gracias por tu amable e inspirador comentario.
Saludos y bendiciones!
Santos,
Tienes razón, creo que es algo inevitable. Muchas gracias por tu visita.
Saludos y bendiciones!
Juan Javier,
Muchas gracias por tu siempre amable y motivante comentario para mi trabajo.
Muchas gracias por compartir tu bello poema "Soy".
Saludos y bendiciones!
Poeta Malume,
Muchas gracias por tu lectura y por tu bello detalle.
Saludos y bendiciones!
Agregado por Nilo 0 Comentarios 1 Me gusta
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