No van mis poros por la playa ausente
sino cabalgando con tu cintura
aprisionada por el aire
y por todas mis esporas invencibles.
¡Ah, este subir a la quietud del cielo
en el último espasmo de la sed!
No es sobre este prado en hileras
por donde te arrecuesto.
Es sobre mi pecho que tu cabeza descansa,
sobre mi sangre que tu ansiedad
hace ebullición, ciénagas sumándose
a esta noche en que lloras
desde nuestra comarca,
mientras me rindo abrazando en la almohada
la etérea majestad de tus dos labios.
No es en la carretera abrupta
donde se despeña un ciervo, un automóvil,
un pelícano suicida,
es en tu mirada donde me despeño,
caigo sin sopor
hasta encontrarte de nuevo en mi costado,
como un ángel que lloró en la desmesura
de sentir el abandono
en medio de los besos,
aquellos que te doy desde el confín
tan lejos de tus brazos necesarios
pero aquí...contigo.
de El libro del (buen) amor
Casa de poesía, 2016
PINTURA RONALD Y LUCÍA DE FRANCISCO NAVARRO
Comentario
Agregado por Nilo 0 Comentarios 1 Me gusta
Agregado por Nilo 0 Comentarios 1 Me gusta
© 2025 Creada por Aimee Granado Oreña-Creadora.
Con tecnología de
Insignias | Informar un problema | Política de privacidad | Términos de servicio
¡Tienes que ser miembro de ORGANIZACION MUNDIAL DE ESCRITORES. OME para agregar comentarios!
Únete a ORGANIZACION MUNDIAL DE ESCRITORES. OME