CON UNA COPA DE MAS Y ALGUNO VINOS DE MENOS
Por ahí andará el Antonio
con unas copas de más
y algunos vinos de menos,
bailándose un chamamé
con mi comadre en el pueblo.
Hasta creo que lo veo,
que se le abrillantan los ojos
mientras quiebra la cintura,
ladeando al compás su cuerpo
desempolvando sus alpargatas
la pista en el zapateo.
Se le ha calentado el pico
y un vino anda ofreciendo,
un Sapucai acompaña
su alegría del momento;
es que suena una acordeona
y él siente que todo el cuerpo
le va empujando la sangre.
Y un meneo cadencioso
hace que florezca en baile
lo que el vibra por dentro.
Así…recuerdo al Antonio
hachero y peón de campo,
en cosechas ; costurero
y me permito decir
que era bueno entre los buenos.
Su vida fue , como el baile,
el vino, un compañero
que en noches amanecidas
entre botellas y cuentos.
siempre, el brillo de una lágrima
anticipaba un recuerdo.
Un día, nos alejamos
por los caminos del tiempo,
los dos por distintos rumbos
con una amistad al medio.
Que nunca podrá borrarse
por más que estemos lejos.
Pero esté por donde esté
siempre me dirá presente
cuando el brillo de una lágrima
ande por senderos viejos.
me lo imagino al Antonio
levantando polvaredas,
zapateando un chamamé.
¡Con unos copas demás
Y algunos vinos de menos!!!
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