Celebrando la antología Conmigo al Desnudo de Leda García Pérez

[Ronald Bonilla Carvajal]

Celebrando la antología CONMIGO AL DESNUDO

Disertación en la presentación virtual de esta antología pronunciada el 27 de noviembre 2020. Por Ronald Bonilla

LEDA GARCÍA, SUS SOMBRAS, SUS DOBLES, su desdoblamiento, su capacidad de amar y de hacer poemas.

Me complace acompañar a Leda, mi vieja amiga desde nuestra adolescencia, en la presentación de este bello proyecto, que puede considerarse como un hito en la historiografía de esta poeta itinerante y contestaría de las letras nacionales.

Sí, su poesía podrá ser vista desde muchos ángulos, en su periplo va de la poesía del amor y el deseo, el desamor y la soledad, a la revelación profunda de sus vivencias consustanciadas con un pensamiento claro y humanista. Para arribar en los últimos tres quinquenios al desparpajo, al desenfado y la irreverencia, que prorrumpe en el afán identitario del género femenino, a la ironía, al sarcasmo, a la gracia y al buen humor que siempre parte de una referencialidad al sí mismo para contrariar los esquemas y paradigmas establecidos. El tema de la edad, de lo vacuo de los maquillajes y del tinte, no por ello poco necesarios, el tema de la convocatoria al Eros, ya sea desde la soledad o la imaginación redentora para asumir el placer como bandera de realización y enfrentamiento a los cánones patriarcalistas, sus paradojas ante un mundo distópico que nos envuelve y nos arrincona, pero siempre la entereza para la protesta sana, desde esa bandera de libertad no acomodaticia, sino rebelde, hacen de este periplo un jugoso disfrute para los lectores de toda índole. Por eso, su obra, quizá tardíamente empieza a colarse en la mente de sus connacionales con signos de fortaleza, con colorido y valentía, con el arrastre que la dignidad y la honestidad provocan en forma de amor. Sí, empieza Leda a obtener el lugar que tantas veces la mediocridad quiere negar a los grandes talentos.

Pero dicho esto, quizá de Perogrullo, ante tantos buenos disertadores que hoy se convocan, y que casi n me han dejado más que reiterar, paso a analizar una veta de la poética de Leda García que me parece fundamental poner en primer plano. En medio de su desparpajo, buen humor, desarraigo nostálgico, ironía social contra las convenciones, quiero disertar sobre esta poeta, en lo que tiene de profundidad filosófica, en su afán de metalenguaje, en su afán revelativo, para asentar, lo principal de su voz en lo ontológico que disemina, aquí y por acullá, entre sus mejores versos y poemas.

LA INMANENCIA DE LA VOZ POÉTICA DE LEDA GARCÍA

Secretable

Todos caminan como yo

estrujando la foto del castigo

en las manos oblicuas del secreto.

Intrusos de la prisa,

reciclables, predecibles.

La tarde es un balcón

llena de nadies.

Leda García inicia con este breve poema, su poemario Argenfonía del caminante. Esta palabra compuesta, este neologismo creado por Leda, reúne lo argentino, puede referirse al país y a la plata, ¿no es lo mismo? Y la fonia, referida al sonido, a la música. Y oyendo el recorrido del poemario, es un viaje por las calles de Buenos Aires y un viaje intrínseco por el encanto del tango. La vaciedad del final, luego de la sugerencia de un mundo reciclable y predecible, identifican a la voz lírica dentro de ese concierto de personas anodinas, pero el yo lírico lleva un secreto. ¿Será su poesía?

Con este breve poema MEMORIA PARALELA: inicia el largo coloquio que ha tenido Leda García ante el paso inexorable del tiempo, la edad, que luego la lleva a ironizar y a hacer hasta poesía de humor respecto al tema y a las vacuidades de la moda y los maquillajes:

No olvidaré nada,

aún no.

Será cuando las canas se interpongan

entre mi voz y la memoria,

para entonces

habré parido

un verso que recuerde.

Como pueden ver, la metaposeía será el elemento salvador de la memoria.

Como ejemplo de su profundidad vivencial, en el poemario Cantos de piedra y pétalo, establece un coloquio con el poeta Lisímaco Chavarría, a quien rinde un sentido homenaje, donde asume ser la amante del poeta ramonense que hace un siglo partió.

Habría querido ser aquella,

la del siglo anterior,

la que sintió en tus ojos el alivio

y en tu carne su carne

de diosa insatisfecha y descarada,

que releyó de besos los nortes y los sures

de tu trono cautivo.

Mayo no me esperó,

73 febreros lo impidieron.

O en estos otros versos, donde se hermana a la muerte y a la vida del poeta, con su propio Carpe Diem que pregunta por su partida inefable.

Yo presiento mi marcha irrevocable

desde un rincón incierto,

cuando el miedo columpia en mi equipaje

los cantos que no canta

mi pájaro en tinieblas.

En este poemario, la poeta utiliza con gusto y mucha inteligencia símbolos y motivos propios de su homenajeado, y construye un puente que enlaza el tiempo del ayer y del hoy.

Su poemario Elogio de la costumbre tiene por esta pieza magistral que nos recuerda al poeta filósofo que fue Heráclito. Aquí Leda sabe prorrumpir con evocación y nostalgia en el principio de inmanencia.

INNOMBRADA

Todo regresa al cauce originario

menos aquello que en verdad se amó

el árbol tiene un río que lo nombra.

Lo que se fue

debe volver al río

lo que se amó también.

El otro poemario que no me cansaré de promulgar como de la mejor poesía costarricense por intensidad es Poemas inevitables, que inicia con algunos de los mejores poemas eróticos que he leído.

El poema que le da el título a este grupo es realmente un portento que canta la fuerza de la mujer que intenta vencer todo olvido. La emotividad se desborda. Y estos elementos: profundidad, inteligencia en el manejo de la palabra y capacidad de emocionar, hacen que su lírica arrastre seguidores, y eso es un fenómeno que debe ser vindicado.

EL ANTIFAZ DE LA MEMORIA

La memoria

ese largo antifaz profetizado

me llora como herida

y es que en su lágrima

anochece la muerte

presagiada de este espejo

con las esquinas rotas de mí misma.

Incluso en sus Poemas traviesos es capaz de ser contundente y revelativa.

OJO POR OJO

Toda verdad está en el ojo.

Toda mentira en la palabra.

Nos salva el vendaval.

Después vendrán los cuervos...

Muchas anécdotas podría contar en torno a nuestra amistad, mucho en viajes que emprendimos al interior del país y con especial deleite el recuerdo de nuestro viaje a Cuba, acompañado por muchos otros compañeros poetas y escritores. Pero esas son otras historias, lo importante ahora es reafirmar la certeza de que Leda García como poeta es capaz de decir lo inefable, y eso no es de poca monta, es algo que se le concede a muy pocos. Celebro en Leda una más de las grandes voces de la poesía femenina que nos acompañan y conminan a luchar por un mundo mejor, que nos identifican como costarricenses y seres universales, su poesía es ya parte distintiva y primordial en el gran mural de las letras nacionales.

Ronald Bonilla

Premio Nacional de Cultura 2015

[Ronald Bonilla Carvajal]

Gracias, Delia, por tu bello decir ante este trabajo en torno a la poeía de Leda García Pérez, gracias por el destacado, abrazos

[Delia Pilar]

Muy hermoso y merecido homenaje, Ronald.

Es importante que los poetas se erijan en "la voz de los que no tienen voz". Que tengan la suficiente valentía para decir lo que otros no se atreven a mencionar y está visto que esta autora "no tiene pelos en la lengua" como decimos aquí.  Celebro su incursión en el tango y en las calles de Buenos Aires (soy una entusiasta de ese género musical).

Aplaudo tu disertación y la obra de Leda García (lo único que he leído de ella es lo que, generosamente, publicaste y que me pareció excelente).

Un abrazo.

[Ronald Bonilla Carvajal]

Claro, gracias, Benjamín, abrazos

[Benjamín Adolfo Araujo Mondragón]

¡Felicitaciones Ronald por ese merecido homenaje del año pasado; y felicitaciones a Leda, tu amiga de adolescencia y amiga de las letras según se observa!