Perdido en el solitario abandono de mi alma
busco en el refugio de la noche un espacio seguro.
Donde no lluevan los recuerdos
donde se alivie el corazón.
Camino sin prisas,
no encuentro el sendero.
El cielo es oscuro
no brillan luceros.
Se me atoran las palabras
las engullo y las vómito.
Son palabras podridas
que se mueren en un grito.
Paso a paso llego a ningún lado.
Mi vida se estaciona en los lamentos
Me duelen los desaciertos
en un suspiro se me escapa el tiempo.
Mas, ¿Quién soy para quejarme?
¿Quién soy para llorar?
Si yo mismo guie mis pasos
si fui el artífice de esta soledad.
Carlos Eduardo Lamas Cardoso.
México.
Derechos reservados.
Comentario
Liliana,
Agradezco mucho tus palabras .
Saludos y bendiciones.
Enrique,
Muchas gracias por tu visita y tus palabras.
Saludos y bendiciones.
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