Cuando sientas la brisa recorrer inquieta los rumbos sinuosos de tu cuerpo
recuerda las caricias encendidas que mis manos han sembrado por tu piel.
Cuando el agua del mar te salpique juguetona y sientas en ti sus frescas gotas
recuerda el momento en que mi ser humedeció tu centro
y aquél grito que expresamos por el gozo y el placer.
Nuestras almas declararon sus deseos con caricias y con besos.
Con la entrega milagrosa de tu cuerpo entre mis brazos
y mi cuerpo entre tu ser.
Me abandoné en tu regazo y me perdí en tu mirar profundo
que me enamoró en un segundo.
Que me ha quemado y calcinado como lava de un volcán.
¡Y me bebí tus suspiros!
¡Y me encendieron tus gemidos cuando mojaste mis deseos
y me quemaste con tu amor!
Me ahogué en ti como el mar se ha ahogado en la inmensidad de tu belleza
como la luz de la luna que se enciende en tu presencia,
¡Como el bendito día en que te conocí!
Carlos Eduardo Lamas Cardoso.
Derechos reservados.
Comentario
María,
Gracias por tan bello detalle.
Saludos y bendiciones.
Susana,
Gracias por tu lectura y tus amables palabras.
Saludos y bendiciones!
Norma,
Gracias por tu lectura y tu amable detalle.
Saludos y bendiciones!
Trina ,
Agradezco muncho tu visita.
Saludos y bendiciones.
Jhonathan,
Aprecio mucho tu visita y tu amable comentario.
Saludos y bendiciones!
Muchas gracias Adela.
Saludos y bendiciones.
Muchas gracias Juan Javier,
Agradezco mucho tus amables palabras.
Saludos y bendiciones.
Mónica,
Muchas gracias por tu amable detalle.
Saludos y bendiciones!
Nenfa,
Gracias por tu bello detalle.
Saludos y bendiciones.
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