Disertación en la graduación de Arquiectos, EUNED. 2016
Buenos días, jóvenes estudiantes, docentes que nos acompañan.
Hablar del poema, hablar del arte, para muchos puede significar hablar de lo inefable, es decir, lo que está más allá de los textos, de las palabras, de las formas, de los sonidos, lo que nos deja la experiencia de asistir con conciencia al encuentro con el arte. Y eso es una paradoja.
La profesión que ustedes han elegido, es sin duda, profesión, oficio, pero a su vez, está considerado un arte, dicen que es el quinto arte, en una vieja clasificación. Sin embargo, tanto río ha corrido debajo de los puentes que algunos de los arquitectos e ingenieros han construido, que la utilidad del arte, de las otras artes, sobre todo las temporales, ha quedado en entredicho. Pues una pintura, ustedes cuando ejerzan, la colocarán en una pared prevista para ese efecto, y pensaremos que una de las utilidades del cuadro será la decoración. Pero todos sabemos que si hay comunicación con el vidente y una comunicación profunda, hay otras implicaciones, que nos cuesta llamar utilitarias, porque en realidad son más que eso.
Pero vamos al poema, me han entregado una motivación para seguir mi lucha, (referencia aL Premio Nacional de Cultura Magón que acababa de recibir) aunque mi necesidad de expresarme mediante el mismo lenguaje aprendido y aprehendido, mi vocación de dar poemas a los demás, iba a seguir mientras tenga la mente preclara y el entusiasmo que tengo ahora, después de 50 años de haber publicado mi primer poema en un medio de comunicación. Y de haber ingresado al Círculo de Poetas Costarricenses, al lado de chicos y chicas que me llevaban entre 12 y 8 años: Jorge Debravo, Laureano Albán, Julieta Dobles, Alfonso Chase, Rodrigo Quirós. Y muchos otros.
Vengo a hablar del poema, de esa sustancia que parece inefable y sin embargo se cuece con palabras: la poesía. Pero más que ella, el poema, que es la nueva entelequia que se instala cuando es escrita y se reinstala cuando es leída o escuchada. No olvidemos que toda la literatura, la poiesis, proviene primero de un largo ejercicio secular de la oralidad. Para los griegos POIESIS era fábrica, artilugio para hacer, construir, fabricar algo. De ahí que estamos, los arquitectos y los poetas, de alguna manera, en el mismo ámbito semántico. De fábrica, pasó a fabricación de la palabra nueva, al establecerse en sus asociaciones nuevas formas de relacionarse. Decía Lorca que poesía es aquello que junta palabras que no hubiésemos imaginado juntas, es decir: la metáfora o asociación inusitada, para los nuevos tiempos.
Por eso, no fue extraño ver a mi colega José Ma. Zonta, en el XII Festival de Poesía de Granada, realizando con otros poetas y con la gente una fábrica de poemas. Sale poema – decía –cuando alguien terminaba su composición, y pasaban a leérselo a alguien que pasara por allí. Y no es extraño que a esto y a lo que yo hice en la misma Granada, Nicaragua, un taller de poesía con jóvenes y adultos, se llame taller. Porque la entelequia escrita es susceptible de sufrir variaciones, de mejorarse, se pueden eliminar sobrantes, cosas explicativas o muy dichas, se pueden sugerir otras palabras e imágenes que se incorporen a un texto, se pueden añadir elementos como reiteraciones, anáforas, sinestesias. Pero no sigamos con esas palabras, algunos las recuerdan del colegio, otros piensan que son palabrejas de filólogos pedantes. Pero no, así como hay técnicas para reparar un paraguas, un automóvil, hay técnicas para hacer y para reparar un poema, que por impericia puede nacer sin un brazo, sin un silencio estrictamente necesario. Un arquitecto colega podría, al ver un proyecto, sugerirle al realizador de los planos, otra forma de atender un espacio.
Hablando de silencios, ustedes han oído decir que la música se compone de sonidos y silencios, si no existiese el silencio, no pudiésemos apreciar el sonido de una armonía. Pasa parecido en el poema, el poema más que decir, debe sugerir. Es más importante lo que el lector imagina a partir de las palabras que los conceptos allí emitidos. Pero el concepto es necesario al poema. Por eso, hemos de decir que hay una utilidad en el poema, es... ¿cómo decirlo?, como otra forma de pensar, de reflexionar, de dar ideas, y se usa, más que la razón y la lógica, la intuición que denominaremos trascendental. Más que concitar, sin embargo, al pensamiento, queremos tocar los corazones con la expresión del sentimiento. Pero ambas cosas son válidas en el poema: el pensar y el sentir. Es decir, comunicar pensamientos, sensaciones, emociones, sentimientos. De ahí podríamos derivar otra utilidad. Así que recordemos a Darío: Dichoso el árbol que es apenas sensitivo / y más la piedra dura porque esa ya no siente. Aunque nos hable de elementos de la naturaleza, que pueden convertirse en símbolos, nos habla con ideas, con conceptos: sensitivo: ya no siente. Porque no hay dolor más fuerte / que el dolor de estar vivo / ni mayor pesadumbre que la vida consciente”. Más conceptos: dolor, estar vivo, pesadumbre, consciencia.
Goethe, el gran poeta alemán dijo: Toda teoría es gris, amigo mío, pero verde es el dorado árbol de la vida. Es decir, contrapuso el concepto, la inteligencia, la lógica, la razón, a la vida, al amor, a la naturaleza.
Voy a decirles uno de mis poemas para ir aterrizando en la palabra que yo instauro, no la invento, hay en ella miles de intertextos entrecruzados que no son míos, pero en alguna medida, algunas relaciones quizá son nuevas, y de la manera en que aquí están acomodadas, es la primera vez que sucede, y eso es el milagro del poema.
Leo el poema TESTIMONIOS DE LA PIEDRA, de mi libro Sed de otras piedras (EUNED)
Vemos en este poema que hay conceptos: testimonio, Dios, academias, soledad, olvido, memoria, la nada, sueño, instante.
Pero también palabras utilizadas con valor simbólico: piedra, fronda, caída, camino, espejo, soles, silencios, monasterios, silabarios, horizonte, muros, cicatriz, ríos, pero también, sueño, instante.
Y palabras que refieren a las cosas que denominan tan solo: dentífrico, niño, lavabo, formulario, psicóloga, líder, catarro, sida, farallones, lágrimas, pero también sueño, instante.
Pero lo más importante es que todo se une en lenguaje poético, metafórico: Abajo las lágrimas son /solo ríos inmisericordes / que renuncian a saciarse entre la nada”.
Y esta otra metáfora: la misma cicatriz llamada olvido, o esta: La memoria la pongo en el lugar del sueño.
Cómo acceder a esos significados que no son iguales a los del diccionario: no es como la música sinfónica, los sonidos van directo al sentimiento: los tonos bajos, los tonos altos, todo se confabula para dar un efecto sensorial y emotivo. No, en el poema, hay un primer acercamiento mental, la comprensión de los signos, de los significados individuales de cada palabra, pero para captar las asociaciones, parece ser que el mejor método no es el racional, es el acercamiento a la magia como cuando vemos un paisaje, o escuchamos esa melodía que nos llega de lejos. Es la captación intuitiva, emocional, de corazón a corazón. Este poema sólo es válido cuando se comunica, y aunque sea polisémico, es decir unos sintieron una cosa y otros otra, unos entendieron que es un poema de soledad y otros que es un poema filosófico sobre el tiempo, y otro pensó que es un poema de metalenguaje, es decir, que habla del mismo poema, todos tienen razón. Con todos los que así pensaron, se comunicó el poema, es decir, se comunicó este poeta, este hombre, que no es diferente a vosotros, solo que tiene, cumple el don, es decir, la dádiva del arte. Cuando ustedes hagan un mausoleo, una fuente con jardines, una residencia para un artesano o para un rey, no pensarán solo en su comodidad, ni solo en los materiales que se pueden usar, de acuerdo a costos y beneficios, ambiente y luz, pensarán que están entregando algo preciado de sí mismos a los demás; un poco del corazón, del sentimiento, ojalá afloren en ustedes los pensamientos más nobles y bondadosos.
Pero ojo, a veces el poeta es oscuro. ¿Y para qué ha servir un mensaje de oscuridad?
Pero antes de hablar de este tema, les diré otro poema luminoso del mismo libro:
Leo ORACIÓN POR LA MAÑANA de Sed de otras piedras
¿Y por qué tanto Dios? Me preguntaron en una entrevista…Y les dije yo no tengo seguridad de la existencia de Dios fuera de nosotros, pero tengo dos pequeñas certezas: que existe el concepto creado por el hombre, y es un concepto muy bello, en tanto no lo ensuciemos con sectarismos, como lo han ensuciado las religiones organizadas por el hombre, con guerras, con crueldad, con asesinatos, cómplices del hambre y la ignorancia. Y la otra certeza, que sí mora dentro de mí mismo, y que yo soy solo una célula de un organismo mayor, que es toda la vida. Así mi Dios puede estar para mí en una concepción panteísta, holística. Y no solo estética, como dijo Vargas Vila: yo sería deísta por esteta, como soy ateo por razón. Yo les digo: soy deísta por sentimiento, como soy agnóstico por razón.
Pero no todos mis poemas tienen un acercamiento místico a la poesía, a veces proclamo a los poetas como los insurrectos, insumisos ateos, a veces utilizo a dios en minúscula, porque es el dios que anda en la boca de todos para mancharnos con la intolerancia y el desamor.
Les leeré POLEN DESPRENDIDO, poema de un libro inédito que he llamado Los últimos cuervos,
POLEN DESPRENDIDO
Ese otro sentimiento existencialista nos comunica con los momentos de poca luz, de ver las desigualdades, los desequilibrios sociales, y de comprender al artista como un ser de luz, pero revestido de harapos.
Les leeré un poema de mi libro Apuntes para un grafiti.
Leo el poema HAY QUE NACER, NACER
La oscuridad y la luz conforman una dicotomía, son los ejes de una dualidad que vive en nosotros, un poema cuando está lleno de luz, lo percibimos porque tiene sombras, tiene contrastes. Un poema cuando es oscuro, no porque no pueda interpretarse, sino porque sus símbolos nos arrastran a un abismo insondable, a la cárcel, a la guerra, al odio, solo puede ser útil, si deja asomarse entre sus signos, un hálito, un pequeño resquicio de luz. Así hasta lo que hoy denominan Realismo sucio, cumple una función de luz, aunque esta tendencia la haya iniciado un hombre viviendo en el alcoholismo en la ciudad más sórdida del mundo, andando con prostitutas y escupiendo con el alcohol hendido entre sus fauces. Claro, que a veces, sale tan poca luz en las iluminaciones de un orate, que al percibirlo, nos devuelve la luz que nosotros, simples lectores, no hemos perdido. Por eso, fueron importantes los poetas malditos: ellos hicieron belleza con el más cruel de los instantes del hombre. Por eso, son benévolos los mensajes del dolor vallejiano: porque nos ayudan a comprender ese dolor, la depresión, la verdadera melancolía, cuya etimología nos remite a la negra hiel, humor maligno. “Yo no sufro este dolor como César Vallejo”.
Pero también a veces la poesía ironiza, hace chistes, es cruel, se burla y pone en boca del deforme la más hermosa verdad, la que al menos parece por ahora una verdad. Recuerden o lean la novela Abbadón el exterminador de Ernesto Sábato. Yo en tanto les leeré un poema coloquial, quiere decir que parece una conversación, no un canto como otros que he leído (se leyeron solo algunos fragmentos):
Se leen fragmentos del poema HOJA DE AFILIACIÓN de mi libro Hoja de afiliación y otros clichés.
Pero también ha de servir el poema para hacer homenajes, los hombres y las mujeres siempre queremos rendir honores a aquellos que nos han legado algo magnífico.
Conocen la literatura de los años cuarenta y cincuenta de Costa Rica. ¿Han oído hablar de Calufa, Fabián Dobles, Joaquín Gutiérrez, José Marín Cañas?, ¿o de ese personaje maravilloso de Juan Varela, recuerdan el autor? (se establece un pequeño diálogo con los libros que recuerdan algunos estudiantes de estos autores) ¿Y cuántos han oído hablar de Yolanda Oreamuno?, ¿cómo se llama su emblemática novela, totalmente diferente a lo que estaba de moda, que era el realismo social, escrito por los primeros que mencioné? (Se habla de La ruta de su evasión y del destino trágico de Yolanda y sus novelas perdidas) ¿Y quiénes han oído hablar o han leído algo de Eunice Odio?
Veamos el homenaje que hacen poemas míos a estas mujeres, emblemáticas, que debieron salir del país, huyendo de una sociedad tan patriarcalista y poco empática con la mujer creadora:
Se incluyen los poemas leídos, ambos pertenecen al libro Altar de Desconciertos, inédito.
Tercer movimiento en clave de La Mayor Incertidumbre.
A Eunice Odio
También se lee el poema
Noveno movimiento fuga en el rondó caprichoso.
A Yolanda Oreamuno
Andate, andate, Yolanda,
evadite, vete, sal de aquí,
no dejes que te impregnen de carroña,
no dejes que te manchen, que te pudran,
que deshagan tus huesos en la tinta.
Solo sé la entereza de tu desnudez
ante la aurora, imposible de amar
sino por el amor total.
Emprendé ya el camino de regreso.
Sé la vendimia, sé la sed, sé el aire del vino.
No van a enterrarte en la tumba que te roban,
no van a enterrarte: el aroma ineludible de la rosa
no cabe en su muerte ni muriendo.
Andate, andate, levantate.
Pero el poema sirve también para cantarle al amor, para acercarse a la mujer o al hombre que amamos y confesar nuestro amor, o para llorar el desamor, o para celebrar la unión, o para maldecir la ausencia.
Solo esta utilidad del poema sería suficiente, si nos permite conquistar a la persona que amamos, o que otros se enamoren con nuestros versos, o restaurar el corazón lastimado, hacer la catarsis, restañar las heridas, aliviar la saudade.
Veamos este ejemplo, se lee el poema Rincón para Diciembre, del Libro del (buen) amor. 2016
Pero también es el poema, un arma para meditar, para captar el milagro de lo cotidiano, veamos el haiku, algunos de mi autoria, de un libro en preparación. También preparo la Antología del haiku costarricense. (Se explica qué es y cuál es la estrutura y características del haiku).
Se incluyen algunos haikus allí leídos, de un libro inédito
Color del claustro:
la oruga al quebrantarse
riega la luz.
….
Mirad la noche:
hay tanta luz en ella
que nos dormimos.
La ropa tiende
además de las telas
amaneceres.
Si son poemas
por qué se desvanecen
como la aurora.
Dije un poema
y el viento que pasaba
cantó conmigo.
Y a mis montañas,
si en mi balcón te espero
le crecen nieblas.
Nace una flor
en este cementerio
y huele a camino.
El papalote
pierde su libertad
a su regreso.
…
Revena todo,
hasta la mala hierba
de los caminos.
Luces avanzan,
sinuosa sed del tren
tiembla en la noche.
…
Y los que viajan
sueñan que ya regresan
a sus hogares.
…
Trepida lento
y lento nos arranca
la lejanía.
De pronto el fuego
que se encendió en el bosque
cae en tus ojos.
Un elefante
también puede soñar
atado a un hilo.
Un niño llora,
su silencio en la acera
está descalzo.
Pero también sirve para protestar, para luchar por la paz, para hacer consciencia sobre las injusticias y la guerra, y sobre el poder utilizado para el mal. Les leeré u poema inédito, de mi libro homónimo, publicado en 2019 por la EUNED.
Leo el poema Recurso de amparo, del libro homónimo, publicado em 2019
O puede ser para hacer conciencia sobre el problema del medio ambiente, de la ecología, del calentamiento global. Etc. Veamos éste que se basa en el famoso texto lorquiano, pero con un mensaje diferente, lejos de ser tan solo lúdico, es una alerta ante el hecho inminente de que si el hombre se extingue sobre la tierra, en doscientos años, la naturaleza no dejaría vestigio visible de que estuvimos aquí.
Leo el poema ACASO TE QUIERO VERDE, también del libro RECURSO DE AMPARO, para entonces inédito.
Pero además, el poema está implícito en todo, sirve para que comuniquemos nuestras soledades, para que establezcamos un diálogo, para que nos enriquezcamos con los paralelismos de nuestros sentimientos, pero también con nuestras diferencias, para superar toda intolerancia, todo signo de discriminación, todo pensamiento odioso sobre la otredad, porque todos somos el mismo:
Leo el poema LA OTRA SOLEDAD de mi libro Porque el tiempo no tiene sombra (E.C.R.) 2001.
El poema también nos ha enseñado a descubrir la identidad dormida, por ejemplo, el instalar la cultura ancestral de lo precolombino que habíamos perdido, y hacerla parte de nosotros mismos, porque ya lo era, sin saberlo. Recordemos poemas como Piedra de Sol, de Octavio Paz, al indio Coraquenque ciego como se dijo Vallejo. A Neruda y su Machu Pichu, “ven a subir conmigo, hermano hombre. Y pusiste piedra en la piedra, y sobre la piedra, harapo”
Veamos precisamente la maravillosa forma en que dice esta idea Octavio Paz, cuando recibió el Premio Nobel de literatura:
“Cada aventura poética es distinta y cada poeta ha plantado un árbol diferente en este prodigioso bosque parlante. Si las obras son diversas y los caminos distintos, ¿qué une a todos estos poetas? No una estética sino la búsqueda. Mi búsqueda no fue quimérica, aunque la idea de modernidad sea un espejismo, un haz de reflejos. Un día descubrí que no avanzaba sino que volvía al punto de partida: la búsqueda de la modernidad era un descenso a los orígenes. La modernidad me condujo a mi comienzo, a mi antigüedad. La ruptura se volvió reconciliación. Supe así que el poeta es un latido en el río de las generaciones”.
Así la poesía une tradición con creación, con una nueva entelequia, con un milagro que antes no existía, aunque parta de lo que teníamos, a veces recóndito o escondido, como la cultura aplastada de quienes nos precedieron sobre estas tierras. La poesía recoge y rescata tradición pero también es ruptura, disidencia, es un hecho contestario de la cultura contra la cultura de masas.
Pero quizá todo lo que he dicho se podía resumir de una manera más sencilla, el poema sí tiene una utilidad, la que no cabe en el mercado de bienes y servicios, la utilidad de lo que no podemos poseer, solo en la fugacidad, aunque quede para siempre latiendo un verso en nuestras almas.
El hombre es trascendencia y el poema el mejor instrumento para trascendernos. Estoy parafraseando al mismo Octavio Paz.
El hombre querrá trascender el tiempo, y ante la inminencia de la muerte y la insatisfacción por nuestra ignorancia, festejaremos la vida, EL CARPE DIEM, como forma de revelación mayor, ante esa vida que se nos da y parece ser que nos la quitan, y para eso hacemos poemas, para que disfruten con nosotros, piensen, vivan, sientan, porque todos somos poetas, lo único que necesitamos es descubrir nuestro propio lenguaje con el arte.
Ahora, si van a ser arquitectos, recuerden todas estas dicotomías del poema, todas estas posibilidades, y pongan un signo en el espacio vacío, que los signifique y nos comunique, más allá de las lenguas y los lenguajes.
Hagamos las señales de humo…
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