A veces cuando voy sin rumbo, a solas,
pensando que mi vida ya se ausenta,
siento un hondo murmullo de tormenta
y un férvido gemir de cruentas olas.
.Soy náufrago en el mar de los ensueños,
de amores que, marchitos, ya se fueron,
y sólo los recuerdos florecieron
de aquella tempestad de turbios sueños.
Amé hasta la locura y el delirio,
sin que nadie mis besos respondiera,
a dejarme la luz de una esperanza...
El amor me embrujó con su martirio,
que en mi vida fue un ave pasajera,
que la ansiedad del corazón no alcanza.
Nolbert.
Comentario
Precioso
Bellos versos , poeta a esos amores que fueron y no volvieron.
Gusto de leerlo.
Saludos cordiales
Teodora
Bonito soneto
En mi humilde opinión, querido Nolbert, muy especial amigo, nuestra felicidad, ese estado ideal que todo ser vivo procura alcanzar y sentir para ya no dejar de vivir en él, no depende de otros sino de nosotros mismos. Es, en suma, una decisión unilateral independiente: un acto de confianza concedida a ti mismo luego de arribar a la conclusión de que es merecida. ¿Y por qué no habría de serlo, amigo mío? Cuando esa decisión no llega es hora de introyectar para descubrir qué nos hemos hecho para castigarnos con la propia desconfianza, tras lo cual sería justo y necesario salir a renovar los pulmones y hallar el punto de conciliación con nuestro Ser.
P.S.: ofrezco mis disculpas por opinar tan temerariamente sobre temas tan profundos. Abrazo y mis FELICITACIONES por tu íntimo y bello poema compartido que disfruté leyendo.
Agregado por Nilo 0 Comentarios 1 Me gusta
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