AMOR PROHIBIDO C
Autor: Eliseo León Pretell
*Poeta escritor peruano
“Ciudad Satelital”
Houston Texas, EE.UU.
CUENTO
Este cuentito sí que es arrancado de la vida real. Yo apenas era un niño de once años, alumno del quinto de primaria de mi glorioso “CIENTO CINCO” de “Contumazá la bella” y seguramente el más fogoso recitador escolar de aquellos tiempos.
Eran los primeros días del mes de mayo, y me preparaba para representar a mi escuela en la gran actuación por el “día de la madre” nada menos, que sobre el malecón de la plaza de armas, con un poema del gran poeta tacneño: Federico Barreto Bustíos
Bajo una vieja linterna a kerosene, que colgaba al lado del horno de barro de mi casita de adobe y tejas coloradas, despacito leía el poema: ¡¡MADRE MÍA!! Identificándome, encariñándome con él, dominandolo y de a poco, lo iba guardando con pasión en todos mis sentidos y sentimientos. Así me recomendaba mi maestro: Segundo Obando Castillo.
Fragmento.
Madre, mi amor, tu carta he recibido
y he llorado sobre ella tanto, tanto,
que sus renglones han desaparecido
bajo las turbias gotas de mi llanto.
Allí cerquita se habían acomodado sobre los pellejos lanudos, como siempre lo hacían después de la “chochoca con camotes” mi abuelita, mi madre y mi papá, que acababa de llegar de “La paloma” un pueblo de la playa, donde estaba construyendo una casa.
Allí se dio la historia de mi cuento, y mi padre lo empezó a contar, como lo pudo recoger de los vecinos del lugar.
Era una tarde clara, de romántico cielo, en el hermoso pueblo ribereño de “La paloma” Allí sentados sobre un tronco bajo la sombra de un viejo ciruelo, los padres de José: Don. Isaías Roncal y su querida esposa: Doña. Edelmira Villar, juntos soñaban despiertos el futuro de su único y engreído hijo ya con diecisiete años.
La madre, por su amor a la música quería, su hijo sea cantante de música romántica, y el papá, como había servido a la patria, luchando en las “Pampas de Zarumilla” contra el país vecino del norte, quería su hijo fuera militar o en el peor de los casos, aunque sea “Guardia civil”
Justo cuando acariciaban su caro anhelo, entra saltando de alegría José y abraza a sus padres, completamente emocionado, casi gritando:
-¡¡Soy feliz!! ¡¡Soy feliz!! ¡¡Soy el más feliz del mundo!!
-¡¡Qué te ha pasado hijo!! Responden sus padres pensando en algo muy bueno.
-He conocido a la mujer de mi vida y ella me ama tanto como yo ¿Qué más le puedo pedir a la vida?
-Los padres sorprendidos; pero contentos con la alegría de su hijo querido, lo felicitaron con su llanto, haciendo los tres una pirámide de felicidad.
-Siéntate hijito, le dice su madre. Cuéntanos todo sobre ella, para poder apoyarte y vivir juntos, eso tan bonito de tu vida, queriéndola tanto a ella como a ti.
-A ver, dijo José, acomodándose frente a ellos.
-Hace tiempo trataba de encontrar una chica hermosa como María, para hacer una pareja feliz, así como ustedes, para que se sientan orgullos de su hijo.
-Sí, se llama María y es tan bella, como una virgen, lo describe mirando al cielo.
-¡¡Qué más!! Reclamó el padre emocionado, ya quiero conocerla.
Continuó José: Vive en el mismo centro del pueblo, frete a la placita y al lado de cine “estrella” Su casa es de color azul y hay una hermosa palmera al frente, donde me recuesto para mirarla.
-Mi María es de cabellos largos y rubios, que sobrepasan su fina cintura, dándole una elegancia sin par. Entre sus blancos dientes, tiene un colmillo de oro que resalta su sonrisa de ángel.
-El padre se paró como un resorte diciendo: ¡¡Vamos a mi pieza!! Debemos hablar urgente.
-José, medio espantado y sorprendido, lo siguió. Cerraron la puerta; pero se olvidaron de la ventana, donde inmediatamente se ubica la madre para escuchar que se traía el padre airado.
¡¡Dejas ahora mismo a esa chica!! ¡¡Te lo ordeno José!! Grita Don. Isaías Roncal.
-¡¡Qué pasa padre, no se me da la gana!! ¿Por qué? ¿Por qué?
-Perdóname hijo mío, la niña de quien te has enamorado, es mi hija y es tu hermana. Por el amor de Dios, no cometas ese pecado, ni traigas mas desgracia a esta casa.
-José se quedó mudo de rabia e impotencia, cuando irrumpió la madre tirando la puerta en pedazos y arrojando a palos al hombre infiel.
José se abrazó como una enredadera a su madre, gritando:
-Ahora, ¿Qué hago madre mía? Dime ¿Qué hago por Dios?
-Nada, no hagas nada, dijo la madre.
Fragmento
Se oyó por la ventana
lo que el padre le dijo,
la madre lo maldijo
tirando al hombre infiel.
Que horrible…, madre mía,
la verdad sólo exijo,
¡Cásate mi buen hijo!…,
que tu padre no es él.
Es la última estrofa de mi poema jocoso: AMOR PROHIBIDO
Perdonen, sigo aprendiendo
®Es el canto del zorzal
©Derechos reservados
La raíz de todas las pasiones es el amor. De él nace la tristeza, el gozo, la alegría y la desesperación.
Lope de Vega
Comentario
Me encantó, Eliseo.
Un desenlace que no lo esperaba.
¡¡¡Buenísimooo!!!
¡Felicitaciones!
Gracias por compartirlo.
¡Trágico relato con un cómico final, Eliseo!
¡Lindo mi querido ELISEO! Si, tiene su tinte jocoso y contigo también seguimos aprendiendo.
Y mira tú, para uno siempre hay otro! jaja No sé si decirte ¡Bien merecido lo tenía el padre! Porque los engaños bajo ningún contexto se deben apoyar; pero como es un cuento medio PÍCARO y siendo yo mujer pues....¡Bravo, bravo por bandido el hombre, bien se lo merecía! jaja Aunque la madre, sin saber lo que en adelante iba a ocurrir, no debió hacer lo que hizo, pero en nuestro caso las mujeres lo hacemos por PRECAUCION, por un por si acaso. jajaja
Excelente narrativa mi admirado escritor!
Miles de graciassss
Agregado por Nilo 0 Comentarios 1 Me gusta
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