AMIGOS EN LA ADVERSIDAD (Cuento en capítulos-2/2)

Capítulo II


Casi anochecía aquella jornada en que el competente dúo de inspectores regresaba a la oficina. Se hallaban exhaustos después de haber realizado la investigación de dos casos de mucha relevancia.

Considerando lo avanzado de la hora creyeron que no quedaba nadie en el estudio y fueron al baño a refrescarse la cara; antes, dejaron los sobres con la información de sus pesquisas arriba del escritorio.

Pero no estaban solos…

Oculto entre las sombras estaba Gonzalo, quien no había perdido detalle de lo actuado por sus colegas gracias a los micrófonos colocados por gente contratada a tal efecto en sitios estratégicos; éste se apresuró a cambiar los sobres por otros idénticos, aunque con diferente contenido, confiando que su plan jamás sería descubierto, pero había dejado un cabo suelto…

Cuando los detectives regresaron del baño, Gonzalo ya se había ido.

Mauricio guardó los sobres bajo llave en un cajón y luego se retiró junto a su colega, quien debió ausentarse del estudio durante un tiempo por motivos personales.

Al día siguiente Mauricio se presentó a primera hora dispuesto a cubrir con eficiencia la ausencia de su compañero. Se ocupó de entregar la documentación guardada bajo llave la noche anterior a sus respectivos destinatarios, sin revisarla primero, ya que no consideró necesario hacerlo.

Esa mañana Morgan –supervisor de la cámara que registraba ingresos y egresos del inmueble- lo saludó como siempre y le hizo un comentario, cuya última palabra dejó pensando a Mauricio, quien más adelante decidió investigar al respecto.

    -Buenos días, señor. Se nota que había mucho trabajo el día de ayer, los vi retirarse muy tarde. La jefa debería aumentarles los honorarios a ustedes tres.

    -Creo que te equivocas Morgan, fuimos sólo dos, Julio y yo, parece que estabas medio dormido, ja, ja, ja…

    -No se trata de lo que creo, sino de lo que muestran las cámaras, ¿las quiere ver?

Por supuesto que aceptó la propuesta; y ahí descubrió, con mucho asombro, al autor del cambio de los sobres. Horas después trató de ubicar a Gonzalo. No lo consiguió y entonces le dejó una nota en su escritorio, invitándolo a encontrarse esa misma tarde en el bar de enfrente de la oficina. La mencionada cita nunca se concretó; Mauricio fue atropellado y herido mortalmente por un coche que viajaba a gran velocidad cuando se dirigía al bar.

Por fortuna, antes de su deceso tuvo la suficiente lucidez como para tomar recaudos, que luego ayudaron a esclarecer su asesinato.

Julio decidió vengarse. No tenía nada que perder, se había quedado solo… las nuevas noticias habían puesto al descubierto toda la maniobra que le arruinó la vida.

Fueron requeridos varios días de vigilancia, mucha paciencia y dedicación, para estudiar los movimientos de Celestina y de Gonzalo, hasta que en el atardecer de un día lluvioso decidió llevar a cabo su plan.

Una llamada telefónica del “zorro”, un ex convicto que ahora recibía pago por dar “datos” al servicio, accedió ganarse una remuneración extra de manos de Julio, informando de un supuesto encuentro de dos grandes de la mafia local en un galpón abandonado cerca del puerto.

Celestina picó el anzuelo… ella, Gonzalo y otros dos colegas llegaron cerca del lugar del supuesto encuentro y se apostaron a esperar…

En honor a la verdad, Ariel –el fiel amigo de Julio- había tenido bastante que ver con el plan. De hecho, el apodado “zorro” era pariente de uno de los tantos asistentes a su gimnasio de Kick Boxing.

Ariel, que había mantenido un profundo intercambio con Karina -la hermana del difunto Mauricio- el día que ésta le entregó el video, supo por ella de la peligrosidad de quienes estaban en el entorno de Gonzalo y Celestina.

La chica había tenido que mudarse de casa luego de la muerte de su hermano, por haber recibido amenazas. Ella vivió asustada de allí en más y, luego de haberlo meditado, decidió entregar el video a alguien que tuviera alguna conexión con su hermano, aunque no muy directa, ya que no deseaba cruzarse con ninguno de esos maleantes. Y Ariel era perfecto para el caso. Después ella se marchó del país.

Se trataba de gente pesada, había que echarse encima de ellos con astucia y no se podía confiar ciegamente en la policía, ya que Gonzalo y Celestina podrían tener contactos influyentes allí adentro y salir impunes.

Era preciso darles una cucharada de su propio chocolate…

Entonces Ariel se valió de la información, que oportunamente le brindara Karina sobre Gonzalo, y aconsejó a Julio utilizar a la familia del mencionado para presionarlo a confesar su crimen.

En esa tarde lluviosa ambos llegaron al puerto a bordo del auto de Julio y se estacionaron a considerable distancia del lugar donde estaban Celestina y Gonzalo. Entretanto, cuatro fornidos atletas con amplio dominio de boxeo y diversas artes marciales los aguardaban adentro del galpón. Y otros cuatro individuos, no menos preparados que los anteriores y provistos de armas de fuego, mantenían como rehenes a la esposa e hijos de Gonzalo, por si algo salía mal en el puerto.

Contar con un amigo profesor de Kick Boxing fue de gran ayuda para Julio. La resolución del asunto requería habilidad y fuerza, además de una apariencia intimidatoria, algo que poseían de sobra quienes asistían al gimnasio de Ariel.

    -No estoy seguro de que estemos haciendo lo correcto. No tendríamos que haber involucrado a la familia de Gonzalo, hay menores de edad – dijo Julio sin ocultar su preocupación antes de acudir al encuentro de los otros.

    -Tranquilo, amigo, es sólo un recurso para presionarlo a que confiese; él es de carácter más débil que Celestina y no dudará en entregarse a las autoridades cuando sepa que su familia corre peligro. De ningún modo es mi intención que alguien salga lastimado, pero es necesario contar con un plan B por si el primero no da resultado – respondió Ariel para tranquilizarlo.

    -Un plan B, ¿en qué pensaste?, tengo mis dudas…no quiero involucrarte en demasía, no me siento tranquilo al ver cómo te estás complicando la vida, ya es suficiente con la mía. – expresó Julio con visible temor

    -Vamos hombre, no te me achiques ahora, ten en cuenta que son varias las personas que están implicadas en este ardid, y todos me deben favores. Escucha lo que haremos si falla el plan original… - sostuvo Ariel para convencerlo

Y como si se tratara de una maniobra militar, detalló los pormenores del plan auxiliar a un Julio, cuyos nervios le estaban haciendo pasar momentos que tardaría mucho tiempo en olvidar.

Pese a la habilidad deportiva de los amigos de Ariel, los cómplices de Gonzalo y Celestina estaban armados, por ende, no bastó con los puños de los primeros para someterlos.

Fue preciso que Ariel sacara el as de su manga y le pidiera a Gonzalo que se comunicara con su esposa. Este último creyó que se trataba de una artimaña para distraerlo y entonces Julio lo convenció sobre la conveniencia de realizar el llamado.

    -Yo en tu lugar haría ese llamado, si es que de verdad aprecias a tu familia, claro – dijo con sorna

Al escuchar esto Gonzalo tomó su teléfono y se comunicó con su esposa, pero no fue ella quien lo atendió.

     -Tu querida esposa no está en condiciones de atenderte, retiraré su mordaza durante unos segundos para que puedas escuchar su voz y luego seguirás tratando conmigo – dijo una voz masculina en tono amenazante

Gonzalo quedó petrificado al oír los gritos de su mujer suplicándole que obedeciera las órdenes de esos hombres, o de lo contrario ella y los niños perderían la vida.

    -Ya la oíste, ahora vas a hacer lo que se te indique. Aquí quedamos cuatro hombres custodiando a tu familia a la espera de una señal de Julio o Ariel para proceder en consecuencia – concluyó el sujeto armado y luego cortó

El “zorro” poseía ciertos contactos en el puerto y supo de un buque de carga que llegaba para reabastecerse de combustible; entre su tripulación había ex convictos que tiempo atrás habían compartido celda con él. Se ocupó entonces de servir de intermediario entre estos y Ariel para llevar a cabo la operación.

Gonzalo y Celestina fueron ingresados a bordo del barco adentro de un contenedor como si se tratara de una carga. El objetivo era trasladarlos a un país cualquiera de Asia Occidental y dejarlos librados a su suerte.

Todo resultó como fue planeado.

No quedaron huellas de lo acontecido en aquel solitario galpón; es más, nadie investigó sobre la desaparición de Celestina, y menos de Gonzalo. Ella era un personaje solitario, nadie supo nunca su paradero, ni tampoco se le conocían familiares o amigos.

En cuanto a su compinche de fechorías, la familia recibió una compensación monetaria de parte de Ariel hasta que lograran salir adelante, además de explícitas explicaciones y sugerencias con respecto a mantener el silencio, pues ello les aseguraría su futuro.

Finalmente, Julio accedió a tomar clases de Kick Boxing con su amigo y luego colaboró con él para retribuirle los servicios prestados.

Y Ariel se anotó en un curso intensivo de investigador privado, ya que haber contribuido en el esclarecimiento del homicidio de Mauricio le incentivó el deseo de convertirse en detective; de allí en más él y Julio formaron una exitosa sociedad.


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Autores

Laura Camus (Argentina)

Beto Brom (Israel)

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*Registrado/Safecreative N°1804206623532

*Imagen de la Web c/texto anexado

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Comentario

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PLUMA ÁUREA
Comentario de Beto Brom el noviembre 22, 2021 a las 12:36pm

Con sumo gusto recibimos tus huellas, MAGNOLIA.

Ambos enviamos sendos abrazotes, amigaza

Laura-Beto


PLUMA MARFIL
Comentario de Magnolia Stella Correa Martinez el noviembre 22, 2021 a las 12:32pm

Genial relato.  Felicitaciones a los escritores. 

Saludos fraternos Laura y Beto. 


PLUMA ÁUREA
Comentario de Beto Brom el noviembre 21, 2021 a las 6:10pm


PLUMA ÁUREA
Comentario de Beto Brom el noviembre 21, 2021 a las 6:09pm

Agradecemos vuestros cálidos comentarios....

CRÍSPULO, MANUEL, BENJAMÍN...

Laura-Beto


PLUMA ZAFIRO
Comentario de MANUEL ANTONIO IBARRA ACOSTA el noviembre 20, 2021 a las 10:57am

Excelente escrito, mis felicitaciones muy sinceras.


PLUMA ÁUREA
Comentario de Benjamín Adolfo Araujo Mondragón el noviembre 19, 2021 a las 11:58pm

¡Excelente final, muy buen relato, Laura y Beto!

Ando revisando  cada texto  para corroborar las evaluaciones y observaciones del jurado, antes de colocar los diplomas.

Gracias por estar aquí compartiendo tu interesante obra.

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