Alfarero de la vida.

[Cecill Scott]

Alfarero de la vida.

 

I

José; al que Dios engrandece,

 incrementa y aumenta.

El hombre, el hijo,

 el amigo y el padre.

 

Generoso, natural,

sociable y muy afable;

trovador de la vida sencilla

y del clamor popular.

II
Alfarero de pensamiento

indiscutible y tenaz

de valioso compromiso moral,

energía y voluntad.

 

Vestido de ilustración,

 labrador de líneas doradas

sedujiste a la opacidad,

en justa y calma verdad.  

III
Alfarero de la vida,

con tu corazón, el amor ha creado

la simiente que prolifera

y con orgullo canta en primavera.

 

¡Qué extraordinario honor!

 Se te ha concedido,

el oficio más antiguo que,

en la tierra siempre ha existido. 

 

IV
Alfarero de la vida,

 con tus manos el barro modelas

buscando la quinta esencia

que nace en el adentro de todo lo creado.

 

Trabajo duro te espera, 

allí, es donde está la vida eterna,

la auténtica naturaleza

y lo invariable en ella.

V
Desde mi verde valle

te estaré cuidando

observando tu vida

con la inocencia de mi mirada rota.

 

Compartiendo,

en un íntimo rezo,

la cándida luz

y el origen de mi alma devota.

VI
Tú fuiste día templado

que abriga y cobija,

yo soy lluvia calma

que alimenta y sustenta.

 

Los dos daremos vida

a este sublime recuerdo,

sin que importe la distancia,

el tiempo y el espacio.

VII
Estaremos unidos por la memoria

que libera los alientos

de los sentires, congojas

y júbilos de cariños subyugados.

 

Mientras yo seguiré,

como lo hacen pocos,

buscando en la vida

 realizar mis sueños locos.

VIII
Encontraré, con esperanza,

la alegría olvidada,

la fuerza, el arrojo

y la sonrisa extraviada.

 

Seré como el hidalgo

cabalgando en Rocinante

y así conquistar,

 los sueños dormidos en el horizonte.

 

 

 “Dulces sueños”.

 

Dedicado a José Soto.

1904-2000.

Cecill Scott.

Casablanca, 28 de Octubre del año 2011.