Niños de ayer Las calles se llenaban de juegos, corriendo tras una balón o imaginando saltar la cuerda con el impulso de los pies y los sueños. Calles repletas de sueños y nostalgias. Hoy al recorrer…

[Moisés del Transito Jorquera Viv]

Niños de ayer

Las calles se llenaban de juegos,

corriendo tras una balón

o imaginando saltar la cuerda

con el impulso de los pies y los sueños.

Calles repletas de sueños y nostalgias.

Hoy al recorrer aquellas calles,

no encuentro nada.

De las marcas con los pelotazos

no quedan rastros, porque el tiempo

ha borrado aquella historia.

Piedras grandes que simulaban arcos de fútbol.

Rayas en el suelo para el juego de niñas.

Estrellas dibujadas para jugar con las bolitas

y los sueños de alguien que deseaba escribir

las historias que nunca pensó, dejarán de existir.

Los tiempos cambian, los sueños y las ilusiones

como las nubes se desarman.

Como si el tiempo haya borrado de las memorias

aquello que nos hizo soñar, sin tecnologías,

porque de aquello no queda nada.

Que alegría reunirse en las esquinas,

soñando con historias de las revistas.

Emulando ser esos héroes cuando no había,

lo que hoy llaman avances de la ciencia

para hacerte más llevadera la infancia.

Niños con sueños de héroes que con los años,

la realidad ha mostrado caminos sin alegrías.

Porque hoy los niños sueñan con menos fantasías.

Todo viene hecho por arte de magia,

durmiendo a los niños con alma de juegos

con las manos vacías.

Moisés Jorquera Vivanco

del libro 33