Adoro mis espacios, los vacíos,

el eco del silencio en el ocaso,

el hálito que sopla en lo apacible,

la pausa del  invierno…

Fuerza y ternura comparte

ese amor que no traiciona,

que en el hacer se apasiona

y recompensa con arte.…

Aquellos que amas tus sueños merecen

sin falsos estigmas ni oscuros intentos,…

Eres infiel subterfugio que disimula y escapa,

que se esconde tras las sombras y evade hasta la razón.

Eres el falso alegato que en mentiras se…

Medita en la distancia una sonrisa…

Sabes amor gozar del universo,

del beso que ha robado hasta el suspiro,…

Vino breve y fugaz, sin tropiezos divinos

en la brisa sutil cuyo anhelo revela.

Vino frágil quizás, pero nunca vencido…

Vuela la pluma ligera

cuya tinta no se agota,

deja su estela en la nota

con la luz que…

Vuelve a rimar la esperanza

esa que jamás se pierde,

quien a la sombra florece…

Son las manos artesanas

las dadoras que improvisan,

acicalan y bautizan

crepúsculos y…

Volverás entre versos a escuchar el pasado

pasarás con la lumbre del ayer cual maldad,

mas verás que no es fácil convencer con el…

Tus zafiros encerrados con cerrojos

liberemos del osado desconcierto,

de azaleas vestiremos el desierto…

¡Cuántas veces te he retado verso mío!

¡Cuántas noches sigilosas entre aciagos

he vencido al pensamiento sosegado,…

Vaga la vida

Absorta, ensimismada en su periplo, vaga la vida entre sinónimos y andanzas.

Acaso cautivada por lo intenso y el rostro que se alela ante la nada, atónita ante la luz de esa esperanza que aviva la obsesión que nos atrapa.

Es profunda, sensible en su universo, intrépida en la estampida que acicalan los versos del poeta, la enramada que surte con  pétalos y espinas el alma del bohemio…

Tal vez no fue una luz, solo un destello

efímero, fugaz sin compromiso,

tan solo una apariencia cual indicio…

 Testigos

Hojarasca de infusas emociones al viento

precipitan suspiros en holganza de seda,

cual…

Tiento al amor

Viento que azota mi esperanza, viento;

brisa del alma que sostiene, brisa;…

Suspira en el pesar un beso herido,

sangrando en su dolor busca el abrazo,

no entiende la ironía del rechazo

ni el eco reticente del olvido.

Confiesa en el silencio incomprendido,

lo mucho que lastima el latigazo,

la oscura necedad…

Muriendo la noche como tantas veces

me acoge el desvelo de amar sin remilgos,

despide el ocaso su fiel laberinto

y el cielo se viste del azul celeste.

Es cual paraíso que envuelve silente…