ORAR EN LA NOCHE
Mi ser ya callado, con todo a oscuras,
la voz en silencio, el cuerpo tendido,
dejo al corazón, aún no dormido,
darte, Dios mío, sus ansias más puras.
Mis cuitas te cuento, y las pruebas duras
que, en horas diurnas, muchas he tenido.
¿Puede mi Alma decir que he prometido,
guardar en el silencio, las futuras?
En dulce ensueño llega la oración,
que vuela al Cielo, llena de armonía,
y junto al Padre Celestial, es puesta.
La plegaria, cumplida su función
de llevar Amor, bella melodía,
siempre trae del Padre, la respuesta.
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ME ENCANTO, DA MUCHA SERENIDAD ESTE POEMA, UN ABRAZO POETA
Gracias, María.
La relación con el Padre Eterno siempre debe ser serena y amorosa.
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