Voló la pluma al aire encadenado,
y sentí la caricia de las letras como
una mano amiga, que acompaña,
y sumido en la luz de la vela que se
consume, abrí mi corazón a la
esperanza.
Y como si de nuevo fuera la dama
que la inspiración en su forma me
llegara, se deslizó la pluma de la
ligereza en los renglones que al
poema acompañara.
Y así de esta manera cobró vida
aquello que la imagen transmitiera,
y fue consumiendose la cera que se
derrite, y el pavilo se apagó al no
quedar nada, haciendo con ello
el silencio, y el rapsoda quedó mudo.
El fin fue el principio de la nada,
y el poeta y las letras fueron pastos
de las llamas.
AROCA.- D.R.
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UNA BELLEZA AMIGO POETA SIEMPRE ES LINDO LEERTE, POR LO QUE VEO AUNQUE NO LO DICES ES RESPUESTA AL RETO DE AIMÉE Y TE QUEDO MAS QUE PRECIOSO!
Magistral simbolismo de la alquimia, del renacimiento y muerte a través del fuego. La vida eterna.
Gracias poeta, por esta entrega poética de gran delicadeza. Un abrazo fraternal
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