Es la brecha infinita de la vida
donde bien se sustenta la ternura,
al ardor de una lágrima vertida
una huella, al rodar, descolorida
da razón del dolor de la amargura.
De distintas dolencias la mixtura
es la causa de todos tus enojos,
de mis hondos arcanos la tristura
y las penas de amor que se me augura
son de rosas marchitas los despojos.
De tus labios bermejos, los antojos,
hacen gala de muchos embelesos,
y esa lágrima ausente ya en tus ojos,
el dulzor de tus frescos labios rojos
pesan más que el cacumen de tus sesos.
Ven por Dios y quebrántame los huesos,
con mi cuerpo termina en esta hora…
porque al fin sin tu amor y sin tus besos
sitibundo me encuentran los decesos
requintando de amor la cantimplora.
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Maestro Araujo, muchas gracias por su apreciación.
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