En Argentina celebramos un nuevo Día de la Tradición”; el 10 de noviembre, pero de
1834, nació el poeta y periodista argentino José Rafael Hernández, recordado como el autor del famoso “Martín Fierro”, la obra cumbre de nuestra literatura y de gran influencia en las letras americanas, ha sido y es nuestra literatura el soporte de trasmisión por excelencia de nuestras costumbres y tradiciones. Si bien la obra de Hernández se encumbra dentro del estilo, no fue el iniciador del mismo.
El género gauchesco se considera inédito en América ya que presenta los rasgos de un
modo de vivir, sentir y pensar de un estrato de la sociedad que se ubica geográficamente en la zona rioplatense, que forma parte de Argentina, Uruguay y Río Grande del Sur (en Brasil). Esta literatura presenta descripciones de la vida campesina y sus costumbres, así como de los personajes sociales de ese entonces: criollos, indios, mestizos, negros y gringos, entre otros.

Suele haber una exaltación de lo folclórico y cultural, y se emplea como protesta y para realizar una crítica social. En la forma y el lenguaje, se distingue por el empleo abundante de metáforas, neologismos, arcaísmos y términos aborígenes. Suele haber poco uso de sinónimos, y predomina el monólogo sobre el diálogo. En 1818, el poeta oriental Bartolomé Hidalgo publicó, en Buenos Aires, «Cielito Patriótico»; en el que le otorga al gaucho una voz enunciativa para contar la acción de la Batalla de Maipú, en la que triunfa el ejército de San Martín sobre las tropas realistas y por lo tanto puede considerarse el iniciador del género. Estanislao del Campo, con su obra “Fausto”, Lucio V. Mansilla, con su historia «Miguelito»; de su libro «Una excursión a los indios ranqueles», Hilario Ascasubi con su “Santos Vegas” se inscriben dentro del mismo estilo. Así también Santiago Ramos con su obra “El gaucho de Buenos Aires”.

Eduardo Gutiérrez alcanzó especial popularidad con casi una docena de novelas sobre el
gaucho, frecuentemente centradas en el gaucho malo, y por lo tanto sus novelas pueden
considerarse “más sangrientas”. Su novela más famosa es Juan Moreira. Otro gran autor
gauchesco es el oriental Elías Regules quien fuera muy leído entre los paisanos de las dos
orillas a fines del siglo XIX tal cual lo señala Jorge Luis Borges en su cuento “Historia de un niño que vio un duelo”. Otro de los más destacados autores literarios que llega a tomar temáticas gauchas es Martiniano Leguizamón. Sus plumas rescataron y dejaron impresas para la posteridad verdaderas pinturas literaria sobre nuestras costumbres y tradiciones.

Un aporte más que interesante a la preservación de las mismas lo realizan los payadores, desde Santos Vegas en 1836 y la continuidad que a él le dieron Gabino Ezeiza: José Betinotti, Carlos Molina, Abel Soria, Julio Gallego, Gabino Sosa Benítez, Cayetano Daglio, Luis Acosta García, Catino Arias, Higinio Cazón, Juan E. Aristeguy, Antonio Caggiano, Francisco N. Bianco y El Gaucho Molina. Llegando hasta nuestros días en las guitarras y las voces de José Silvio Curbelo, Marta Suint, Walter Mosegui, Álvaro Casquero, Aldo Crubellier, Jorge Soccodato, Mariela Acevedo, Héctor Umpierrez, Wilson Saliwonczyk, Gustavo Guichón, Gustavo Avello, Emanuel Gabotto, Pablo Gallastegui, Carlos Marchesini, Luís Genaro, Luis Barrionuevo, Pablo Díaz, Manuel Rosa, Carlos Sferra, Ricardo Pino, Cristina Méndez, Liliana Salvat, Julián M. Castro, Christian Díaz, El Tape Chaná, o Nicolas Membriani.

Desde el punto de vista institucional con la sanción de la ley 1420, con el objetivo de
formar la nacionalidad, permitió la llegada de los maestros a los distintos confines de la Patria y fueron ellos los primeros recopiladores de las costumbres y tradiciones de los sitios más recónditos, se rescatan las primeras composiciones folclóricas y posteriormente ya en el siglo XX surge este estilo musical que también aporta a nuestras tradiciones y en muchos casos al conocimiento de los protagonistas de hechos y situaciones que aportan a la conservación y difusión de las costumbres argentina, como a la difusión de nuestras danzas tradicionales.
Andrés Chazarreta, maestro, cantor y guitarrero se destaca entre tantos por su labor
recopiladora, además de ser un creador. Desde la plástica también el artista se ha sumado a esta tarea, dejando hermosas obras, de las que podemos disfrutar en nuestra vista contemplado y apreciando momentos irrepetibles de nuestras costumbres, y lugares donde se cultivan nuestras tradiciones tarea que se ha visto felizmente culminada por la de los investigadores e historiadores que certifican las mismas desde lo documental, fotográfico, etc.

Es decir, nuestra educación, la labor docente y de los artistas en todas sus expresiones,
nos ha permitido y nos permitirá seguir sosteniendo nuestro acervo cultural.

Elías Almada

Foto: Billiken

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Ando revisando  cada texto  para corroborar las evaluaciones y observaciones del jurado, antes de colocar los diplomas.

Gracias por estar aquí compartiendo tu interesante obra.

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