La leyenda cuenta que un Mburuvicha, de nombre Guaratúva (padre del Guára - territorio), tenía un robusto y hermoso hijo que la muerte le arrebató tempranamente. Ocurrió durante el asalto que los Guaikuru llevaron a cabo al táva (pueblo) guaraní. Mientras ayudaba valientemente a defender el pueblo, Kü-rape (camino de lengua), de apenas unos 14 años, había recibido un mortal mazazo. Ahuyentado los atacantes, se cumplieron con los ritos del entierro de varios guerreros y del bizarro hijo de Guaratúva. En la urna funeraria del joven combatiente, fueron colocadas sus reliquias y cosas personales: Unos dientes de jaguarete, colmillos de jakare, picos de tucanes, arcos y flechas. En la horqueta, clavada sobre el túmulo, dejaron atada la faja que usaba como chumbe, faja protectora sobre el pecho.
Pocos días después, apareció sobre la tumba de Kü-rape, una planta que se desarrolló con rapidez, guiando sus ramas a ras de tierra. No tardó en dar unas llamativas flores amarillas. El Paje comió una y la encontró sabrosa. En poco tiempo, dio unos vistosos frutos que hirvieron y encontraron de muy buen sabor. La gente de la tribu, siguiendo el ejemplo del Paje, comía algunas flores dejando que las demás fructifiquen para utilizar con más provecho su generoso fruto: el zapallo. Convencidos de que Kü-rape les enviaba tal regalo, la llamaron Kü-rapepe, (achatado camino de lengua), es decir, el chato camino de lengua, por ser una planta que guía sus ramas sobre el suelo.
Fuente: MITOS Y LEYENDAS GUARANÍES por GIRALA YAMPEY. Editorial Manuel Ortiz Guerrero, Patronato de Leprosos del Paraguay. Tapa: Búho, fotografía de una cerámica indígena. Asunción - Paraguay, 2003. 177 páginas.
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