La amistad y el amor que nos da un animal es infinito.

 

MI PERDICIÓN

(Dedicado a Chely Ar)

 

No es tu abuelo que tantos abrazos

te dio cuando eras su nieto.

No es tu abuela que tantos besos y comidas

te regaló cada día de su vida.

No es tu padre que luchó

hasta que perdió toda su energía,

para que tuvieras unos estudios

y no pasaras hambre noche y día.

No es tu madre que te enseñó a leer

y te hizo crecer hasta convertirte en un hombre.

No es tu hermana que jugaba

contigo en verano todas las mañanas.

Tan poco tu hermano,

que creció a tu lado

con alegría y desparpajo.

Cuando deseas algo con tanto amor,

como el aire que respiras con ilusión,

las palabras se tornan en gestos

y el cariño en inolvidables momentos.

¿Qué te ha hecho ese animal que tanto te quería?

¿Recuerdas cuando te levantabas de madrugada

con noche estrellada y helada?

Allí siempre estaba tu perra solita,

dándote los buenos días al compás de su colita

y acompañándote con su dulce mirada.

¿Por qué la abandonaste como a unos viejos zapatos?

Abandonada indefensa de camino a un camposanto.

¿No recuerdas su mirada desamparada

cuando lo dejaste tirada sobre la fría escarcha?

¡Maldita noche de frío invierno!

¿No recuerdas cómo te miraba llorando

y ladrando, esperando que su amo regresara?

¿Es que no tienes corazón?

¿No recuerdas las frías noches que

no tenías para calentarte

y ella te abrigaba con el manto de su terso cuerpo

y el latido de su noble corazón?

¿No recuerdas cuando estuviste malo

y te reventaba el estómago de dolor y estupor?

Allí estaba siempre tu perra que te serenaba

a cariñosos lametones con su tierna lengua,

mitigando milagrosamente

tu endiablado dolor y pena.

Han pasado siete noches

y murmuran muchas voces

que allí está la perra que abandonaste

por un nuevo amor que encontraste,

clavada donde la dejaste,

esperando un milagro

que nunca llegó.

¿Tanto vale ese nuevo amor

para abandonar a tu perrita

que siendo un cachorro

contigo rio y se crio?

Relatan los vecinos que el animal no murió de hambre,

sino de frío y pena,

porque de allí no había nadie que la moviera.

Han pasado cinco tristes años

y allí descansa los huesos de un animal

que no llegará a Santo,

pero que amó a su dueño

incluso entregándose al barquero,

como Judas Iscariote a Dios Santo.

Ahora que esa mujer te ha abandonado

y todo lo tuyo se lo ha llevado.

Te encuentras solo en la fría y oscura noche.

Quizás ahora, sí te acuerdes que hubo un animal,

que te dio amor, amistad y calor hasta el final

y que te fue fiel hasta la muerte sin merecerla.

 

Poema escrito por Marcos Antonio López Zaragoza (el escritor de Benalmádena).

13 de noviembre de 2020 (Almendralejo). España

Este poema está dedicado a mi amiga Chely Ar por su apoyo incondicional durante muchísimos años contra el abandono y el maltrato animal. Pero quiero también dar las gracias a todas las protectoras de animales, a todas las clínicas y a todas las personas que ayudan y defienden a los animales. No dejemos de luchar hasta que consigamos hacer un mundo mejor. Los animales son nuestros amigos y también nos convierte en mejores personas.

 

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Respuestas a esta discusión

muy belllooo

               Bellos poema.

               Gusto de leerlo, poeta.

               Saludos cordiales

               Teodora

Muchas gracias a todos.

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Ando revisando  cada texto  para corroborar las evaluaciones y observaciones del jurado, antes de colocar los diplomas.

Gracias por estar aquí compartiendo tu interesante obra.

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