FESTIVAL FLASH / HALLOWEEN/CRIANDO FANTASMAS

[Isabel Cristina Silva Vargas]

                                              CRIANDO FANTASMAS

 

O mundo de hoje é muito diferente de anos atrás, quando a internet ainda não havia surgido, conectando pessoas de todas as partes do planeta. Em compensação, quanto mais se conecta ao que está distante, mais se afasta dos que estão próximos.
O homem é um ser social, predisposto à viver em  grupo. Para isso é necessário diálogo, concessões para poder chegar a um ponto de equilíbrio e viver em harmonia.
Essas coisas demandam predisposição interna à vencer medos e barreiras.
O homem tem que se mostrar por inteiro, de peito aberto, com seus erros e acertos, qualidades e defeitos. Correr riscos de ser aceito ou rejeitado. Isso dá medo. Então, ele cria subterfúgios.
A proximidade mostra ambos os lados.
A internet, apesar de todos os benefícios no campo tecnológico, humano, social, comercial, industrial, médico,  dá margem à que a pessoa se esconda. Existe uma dualidade. Ela mostra só o que deseja que apareça. Na internet todos podem ser belos, sem defeitos, sem rugas, parecer mais novo, criando uma armadilha para o interlocutor.
Quanto mais vida na internet, menos vida olho à olho, real. Muitas vezes a pessoa nem existe como se mostra.
As pessoas vivem prisioneiras delas mesmas ou de um embuste Criam fantasias e se perdem nelas.
Vivem só na tela e não na vida real.
Deixam os afetos, os sentimentos escorrerem pelos dedos que vivem  à procura das teclas para criarem um universo imaginário.
Isso é fruto de insegurança , medo , e ao invés de enfrenta-los os tornam maiores por alimentá-los.
Agem como insensatos .Como crianças que fazem travessuras sem conseguir saber o porquê de fazerem.
Só que a idade já não corresponde, Adultos tem que enfrentar a realidade e suas consequências.
Fantasmas não existem. E se alguém os criam, cabe a si mesmo desmistifica-los.

Isabel C S Vargas
30.10.2019.

 

 

 

 

                                               CREANDO FANTASMAS

 

El mundo de hoy es muy diferente al de hace años, cuando Internet aún no había surgido, conectando a personas de todo el planeta. Por otro lado, cuanto más te conectas con lo distante, más lejos estás de lo cercano.

El hombre es un ser social, predispuesto a vivir en grupos. Esto requiere diálogo, compromisos para alcanzar un punto de equilibrio y vivir en armonía.

Estas cosas requieren una predisposición interna para superar los miedos y las barreras.

El hombre tiene que mostrarse completamente, con el cofre abierto, con sus errores y golpes, cualidades y defectos. Arriésgate a ser aceptado o rechazado. Esto da miedo. Entonces crea subterfugios.

La proximidad muestra ambos lados.

Internet, a pesar de todos los beneficios en el campo tecnológico, humano, social, comercial, industrial, médico, le permite a la persona esconderse. Hay una dualidad. Muestra solo lo que quieres que aparezca. En Internet, todos pueden ser hermosos, perfectos, sin arrugas, verse más jóvenes y crear una trampa para la persona que llama.

Cuanta más vida en Internet, menos vida cara a cara, real. A menudo, la persona ni siquiera existe como se muestra.

Las personas viven prisioneras de sí mismas o de una estafa. Crean fantasías y se pierden en ellas.

Viven solo en la pantalla y no en la vida real.

Dejen que los afectos, los sentimientos recorran los dedos vivos buscando las claves para crear un universo imaginario.

Este es el resultado de la inseguridad, el miedo y, en lugar de enfrentarlos, los hace más grandes alimentándolos.

Actúan como tontos, como niños que juegan bromas sin saber por qué lo hacen.

Pero la edad ya no corresponde, los adultos tienen que enfrentar la realidad y sus consecuencias.

Los fantasmas no existen. Y si alguien los crea, depende de ellos desmitificarlos.

 

 

Isabel C S Vargas

10.30.2019.

 

 

[Maria Mamihega]

Muchas gracias por tu participación querida poeta.

[Isabel Cristina Silva Vargas]

[MilagrosHdezChiliberti-PrsdntOME]

MUY BUEN CUENTO. NO HAY QUE CREER EN FANTASMAS, HAY QUE PISAR BIEN SOBRE LA TIERRA  DE LO REAL

SALUDOS.

[Isabel Cristina Silva Vargas]