EL MATAPALO
Cuando Camila nació, ese árbol de cedro ya estaba en el patio trasero de la casa montonera. Según decían, su tatarabuelo lo había plantado, mucho tiempo antes de que los padres de Camila llegaran a vivir allí y aún no habían concebido a la niña.
A ninguna persona le parecía extraño que conforme la niña iba creciendo, le iba progresando el miedo por esa mata, quizás lo veían natural ya que era un árbol muy grande que impresionaba a cualquier persona adulta y a una niñita mucho más.
Un día, el papá de Camila expresó: No me había fijado, pero ya no tenemos cedro, quien sabe desde cuándo. En su totalidad, ha sido capturado por el matapalo, ahora mi hijita debe tenerle más miedo porque hay ramas retorcidas con formas muy extrañas.
Algunos ramajes parecían brazos con manos que se enterraban por un punto de la tierra y salían por otro punto, otras ramas semejaban extremidades que se estiraban como queriendo alcanzar algo. Camila se negaba a salir al jardín, decía que el árbol quería atraparla.
Un tarde, se sintieron sus gritos, diciendo que la mata había intentado entrar por la ventana de su cuarto. Pero, todos pensaron ella decía mentiras o que era producto de su imaginación asustadiza. Ya para ese entonces Camila tendría unos 9 años.
Muchas noches ella tuvo que dormir en la tina de su baño con todas las puertas cerradas. Como la niña no habló más del tema, todos dieron por olvidado el asunto, hasta que la chiquilla desapareció. La ventana estaba rota, había algunas hojas y restos de ramas en el suelo. También había señales de arrastre por el patio, las cuales llegaban también hasta el árbol.
La madre reconoció que su hija no estaba mintiendo, las pruebas hablaban por sí solas; incluso había pasado tanto tiempo mirando con desconfianza al matapalo, que vio a las ramas cambiar de posición más de una vez. Y repentinamente sintió como una mano salida de la tierra la agarró fuertemente por la pierna… Pegó varios gritos y cuando su marido vino a ver qué sucedía fue liberada.
No pudo discernir si aquello era real o estaba perdiendo la razón, entonces, decidió mandar a cortar el árbol con una sierra eléctrica, como era tan grande, había que cortar primero ramas, trozo por trozo. En cada corte brotaba un líquido semejante a la sangre humana.
Finalmente, lograron derribar el árbol, descubrieron que el centro de aquel gigantesco tronco era una especie de cueva, dentro de ella estaba Camila (¿ Creen que todavía estaba viva... ? ) y también había una gran cantidad de esqueletos…
©SorGalim
Milagros Hernández Chiliberti
Ingeniera de Sueños
Etiquetas:
Un cuento de terror macabro espeluznante muy bien narrado
Gracias
mary
GRACIAS, QUERIDA LILIANA
GRACIAS, QUERIDO JESÚS
MUCHAS GRACIAS.
UN ABRAZOTE
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