HISPANOAMÉRICA, SU ESPÍRITU BARROCO Y SU DIVERSIDAD
ÉTNICA Y CULTURAL

Nuestro continente ha creado mestizajes de raza y cultura cuya diversidad hacen que la cultura americana haya sido calificada como barroca. El barroco no es un estilo artístico sino una constante del espíritu que se presenta en aspectos naturales y de civilización. Lo distingue la exuberancia de la tierra, el horror al vacío y la superficie desnuda; existe en la naturaleza americana y en sus creaciones artísticas.

Las letras americanas han recibido el espíritu del barroco. Ya en los años iniciales del 1600 vemos la aparición de una obra que reúne las características que he anotado. Se trata de Comentarios reales, del Inca Garcilaso de la Vega, hijo de ñusta peruana y de un capitán castellano.

El mestizaje en las creaciones de todas las artes tiene una misma raíz: El espíritu barroco que vive en la naturaleza americana y sus moradores, consecuencia de la fusión de razas y culturas.

Las obras arquitectónicas también muestran tal abundancia de color y plenitud. Muestra de ello son La Catedral de Santo Domingo o los templos mexicanos destinados al culto al dios Quetzalcóatl, nombre que significa La serpiente emplumada, el principio dador de vitalidad en la sociedad azteca.

También es importante para comprender a nuestra América la inmensidad territorial del continente, en contextos de distancia y proporción incomparables con los espacios de Europa colonizadora. El escritor cubano Alejo Carpentier lo dijo en acertadas palabras: “Jamás he visto que Los Andes, ni siquiera una fracción de Los Andes, quepan en un cuadro (…) La distancia es dura y tantálica, por lo mismo que crea imágenes – espejismos que están fuera de los alcances musculares del contemplador. La desproporción es cruel por cuanto se opone al módulo, a la euritmia pitagórica, a la belleza del número, a la sección de oro…”

Arturo Uslar Pietri cita a Tomás Moro y su obra: Del estado ideal de una república en la nueva isla de Utopía, y nos recuerda que para el canciller inglés la Utopía es americana. No era una ficción sino un proyecto frente a la realidad destructora de la política y el poder. La idea de Tomás Moro proyectaba un orden de igualdad y justicia, y es en América donde coloca ese lugar que no existe y representa la esperanza.

Europa pudo ver en nuestro continente un espejo mágico que reflejaba el espacio telúrico de los grupos humanos originarios, para contrastarlo con las deformaciones de su mundo medioeval. El Buen salvaje vino a significar la libertad, la igualdad de aquellos seres que vivían en estado natural. Quizás sea ese mito el concepto más importante que surge del hallazgo del Nuevo Mundo, nos recuerda Uslar Pietri.

Tenemos presente que no se ha logrado unir más la diversidad de lenguas de las poblaciones originarias de América. En contraste con los cientos de idiomas aborígenes, sólo se individualizan unas pocas áreas culturales realmente distintas: Mesoamérica, la zona andina, la región intermedia entre las dos anteriores, la cuenca del Amazonas, la región del Chaco, las grandes llanuras o Pampas, y los recolectores y pescadores de las zonas costeras del sur de Chile y Argentina. Prácticamente han desaparecido ya las culturas de las dos últimas regiones, aunque se mantienen los pueblos araucanos en el sur de Chile y Argentina.

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Respuestas a esta discusión

MUCHAS GRACIAS POR COMPARTIR, CARIÑOS

Muy buen artículo, amigo Alejo querido

¡Digno de estudio tu ensayo, Alejo!

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Ando revisando  cada texto  para corroborar las evaluaciones y observaciones del jurado, antes de colocar los diplomas.

Gracias por estar aquí compartiendo tu interesante obra.

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