Corría el mes de noviembre del año 1988. Era yo integrante del grupo de teatro vocacional que aún existe en la ciudad de Avellaneda, Santa Fe, situada en la región algodonera del norte de Argentina. Ana Rosa, nervio motor del grupo, tuvo la idea de realizar un viaje para celebrar el buen año de representaciones y el éxito de nuestra labor. Y así fue que ocho integrantes del plantel teatral, más un chofer que conduciría el camión previamente reformado hasta convertirlo en un "motorhome", nos lanzamos a la muy apasionante aventura de fin de semana.
El vehículo citado estaba equipado con todo lo necesario para albergar a los nueve huéspedes, y eso incluía un amplio dormitorio con cama matrimonial para acoger a la única pareja de cónyuges viajeros, la de Carlos y María Cristina.
A poco de iniciado el viaje comenzó a circular el mate, infusión de agua caliente vertida sobre una ración de yerba mate y succionada mediante un sorbete al que, en Argentina y Uruguay, llamamos bombilla. Sobre la mesa del comedor, misma que se hallaba detrás de las butacas del conductor y acompañante, se improvisó un juego de naipes que convocó a varios de los pasajeros.
Hicimos una escala en la ciudad de Posadas, capital de la noresteña provincia de Misiones, pues allí vivía Rodolfo Juan, por aquellos días novio de Marta Argentina, mujer soltera y una de nuestras actrices vocacionales, a quien "Rudy" (seudónimo de Rodolfo) le había sido presentado por Ana Rosa, la "Celestina" del grupo.
Hubo un momento emotivo que aún recuerdo cuando el sonriente novio saludaba desde la ventanilla de su automóvil, un antiguo Citröen GS de color celeste de los años ochenta, y su amada retribuía besos y saludos desde el imponente camión que iba en dirección a Puerto Iguazú, frontera tripartita y centro neurálgico del turismo internacional.
Para llegar hasta La garganta del Diablo, punto panorámico situado al borde de ensordecedora caída de agua natural, es preciso caminar por un sendero de varios kilómetros hecho con madera a varios metros sobre el escarpado terreno. Ya en ese punto, mientras mis compañeros de viaje tomaban fotografías y admiraban aquel raro paisaje, mis ojos habían descubierto algo más interesante: una joven delgada y discreta, de cabello corto y mirada serena con quien entablé conversación con la excusa más rebuscada que habré hallado en aquel momento.
Recuerdo que ambos regresamos "acaramelados" (léase, idiotizados por ocasional "flechazo") caminando rumbo al playón donde aguardaba el motorhome. Mientras lo hacíamos, mis compañeros emitían toda clase de murmullos y comentarios que muy mal disimulaban la intención de hacerme sonrojar. Al llegar al "integral", que así denominábamos a nuestro precioso "motorhome", nos despedimos con un tímido beso. Una distancia geográfica de más de ochocientos kilómetros debió haber pesado al momento de considerar un eventual romance. Quienes hayan pasado por una situación similar comprenderán la disyuntiva que debí sortear.
El peculiar vehículo avanzaba lentamente por una importante avenida con rumbo a la "triple frontera", coincidente con la unión de los ríos Paraná e Iguazú, cerca de las famosas cataratas. En la zona se encuentran las ciudades de Puerto Iguazú (provincia de Misiones, Argentina), Foz do Iguaçu (estado de Paraná, Brasil), y las ciudades de Presidente Franco y Ciudad del Este (departamento de Alto Paraná, Paraguay). De pronto, sucedió algo que llamó la atención del chofer y de varios de mis compañeros: un autómovil avanzaba en el mismo sentido que nosotros y su conductora, una joven de cabello corto y discreta sonrisa, agitaba una mano en clara señal de saludo. Alguien me hizo saber que se trataba de ella, la enigmática muchacha con quien charlé en uno de los sitios más visitados de mi amada República Argentina.
Como es lógico y deseable en grupo de amigos, hubo un pedido dirigido al chofer, un salteño simpático, guitarrero y cantor de pura estirpe llamado Oscar, para que mermara la velocidad y luego detuviese el camión, lo cual se hizo realidad, permitiendo descendiera yo por un breve instante para estrecharme en un emotivo abrazo con la bella joven misionera, la cual era oriunda de Puerto Iguazú, según ella misma me contara en la efímera conversación que mantuviéramos en aquel sinuoso sendero, mismo que ambos transitamos sin imaginar que, en el sitio donde la selva parece hablar, es posible conocer a quien te deje sin palabras.
P.S.: texto escrito por Hugo Mario Bertoldi Illesca - Argentina - 25-07-2019
NOTA: dedico este relato a la memoria de Rodolfo Juan Machön (Rudy) y Marta Argentina Bandeo (su esposa), quienes fallecieron en 2012 y 2018, respectivamente, ambos buenos amigos del autor de este texto. Fue un honor conocerlos.
Con Rodolfo Juan (Rudy) compartí un viaje muy especial del cual hablaré en futuro relato. ¡No tiene desperdicio!
Comentario
María Dolores, amiga querida, celebro te haya gustado este relato de un viaje que evoqué con mucho Amor pues fue realizado en una época preciosa de mi vida y transitando escenarios maravillosos. Abrazo agradecido desde tierras australes y hasta donde te hallares. Auguro un feliz domingo para ti y tu entorno.
Un relato lleno de imágenes que se viven como si estuviera presente.
Me ha encantado, bueno...ya sabes que a mi el relato es una de mis piezas favoritas.
Un abrazo
Madusa, querida amiga, me agrada mucho verte, tanto como me gusta leer tus obras literarias, mismas en las que se advierte la pasión de quien hace lo que ama y desea compartirlo con seres amados. Celebro estar entre ellos, aunque suene a pretencioso decirlo de este modo... hihihi... Abrazonrisas y mis buenos augurios para ti.
María Mamihega, amiga de mi alma y valiosa colaboradora en cuanto sitio literario y espacio cultural ocupas, me pone de muy buen humor leer tu comentario, genuino y sencillo, tal como eres, mi bonita salteña. Abrazonrisas y mis buenas energías para ti desde mi sitio en esta llanura santafesino que recorro en mis compañeras de dos ruedas.
Aimée, también quedo encanta con tu presencia, bella amiga y prolífica creadora de fantasías literarias que surgen de tu estupenda inspiración. Abrazonrisas y mi especial agradecimiento por tu huella de Amor.
De tu mano y pensamiento he acompañado este viaje por hermosos senderos en los que dejaste prendado un tricito de tu sentimiento. Gracias por compartir. Madusa
Es un relato muy profundo porque esta lleno de nostalgia en el fondo, esa dulce nostalgia de la añoranza tan bella en cada imagen que regalan tus letras, pero rescato también, algo muy bonito... conocer un poquito de ti y eso me encanta y disfruto, un besote
Si te ha gustado a ti, Milagros, me siento satisfecho. Lo digo, no por quien eres en el foro, sino por la dulce Mujer que reconozco en tu Ser de Luz, una que sabe amar y aprendió a superar las desdichas que el Amor suele cobrar como un inevitable peaje a quien transita sus caminos. Abreso sureño y mi especial agradecimiento por tu huella.
Me encantó leerte.
Fresco y hermoso relato. Es bueno recordar anécdotas dulces.
Mi abrazo para ti.
Agregado por Nilo 0 Comentarios 1 Me gusta
Agregado por Nilo 0 Comentarios 1 Me gusta
© 2024 Creada por Aimee Granado Oreña-Creadora. Con tecnología de
Insignias | Informar un problema | Política de privacidad | Términos de servicio
¡Tienes que ser miembro de ORGANIZACION MUNDIAL DE ESCRITORES. OME para agregar comentarios!
Únete a ORGANIZACION MUNDIAL DE ESCRITORES. OME