Mi animal preferido no es un ornitorrinco

aunque me gusta su tristeza

de orejas imposibles.

Mi animal predilecto es una perrita, un gato

o un triste caballo parecido a Dios

cabalgando para morir

en las palabras de Nietzche,

quizá una golondrina

dando volteretas en el aire

para anidar en el cielorraso.

Pero todo caballo es amoroso

relincho en su carrera

y todo tu cabello loco

es triste, con su…

Los ángeles no son tan terribles,

son solo algo de niebla

soplada por el viento.

Los ángeles no son tan malditos

cuando desobedecen

y dejan sus huellas

                               sobre las carreteras.

Yo los miro pasar,

                                               se besan

en las esquinas.

se deshacen en la espuma,

se disuelven cuando la noche

vence…

El octavo poema que tanto estuvo aquí

vestido de página en blanco

es del tren de una trenza

que va rodando hacia abajo pasando por tu cuello;

me lo sugirió la Nela Tortós,

que también tiene trenes que sueñan de Turrialba

a la noche con su venta de sandías o  una pipa.

No vaya la gallina achiotada a caer

en tu vestido blanco, no vaya a despertarse

la risa de una mujer negra que espera

algún día pasar a San…

Cuando atravesé la línea

el tren me pasó tan cerca

pitando, carretera a Lourdes,

y yo por adelantar, qué susto

esta tarde cuando no bajó la aguja

que no existía.

O cayó la aguja sobre mi carrocería

en Escalante y Lucía y Marlene

se miraban asombradas mientras a medio metro

pasaba la bestia primigenia de las 6 p.m.

Nada le pasó al coche,

Nada, que llegó de pronto la…