MILAGRO

 I

Nadie tiene que detenerse ahora

a contemplar este pequeño milagro

de células predispuestas

que nos trae la t.v. para enamorarse,

 o defender el organismo o simplemente

danzar en esta tarde.

 

Nadie tiene que escuchar la lluvia

y su proceso de música en los tejados

mientras nos abrazamos.

 

Solo estemos así, sin pensar en olvidos

ni traiciones ni heridas.

Solo estemos aquí

con el rumor de las palabras

que nunca se dijeron.

 

 
II

 

Y es que nunca lo dijimos,

quizá nunca.

El frío fue produciendo un canto de ópera

como soprano dramática,

mientras el apacible verde que nos rodea

acamaba el pasto de las bestias tranquilas

y un perro ladraba con Lorca

en el horizonte.

 

Nunca lo supimos, quizá sí,

era solo intuida la nube que se volvió dibujo

del doble cero en la tarde que moría.

Pero ya el gordo había anunciado su ansiedad de vacíos

repetidos

y La noche volvía con ganas de cobijar nuestros sueños.

 

Agreste, se resistía el poema a serlo,

monótono, monocorde, y no lo dijimos…

rehaciendo el jardín,

escribiendo estos versos,

quizá nunca lo dijimos

pero casi éramos felices

antes de acercarnos al mundo.

 

III

Porque acercarse al mundo

o estar entre sus fauces

no es lo mismo.

 

Después de todo, el mundo no es la tierra

sino lo que hicimos con ella

en el descuido de ciudades asoladas

que se caen enteras con los terremotos,

de las casas de bien social

arrastradas por los torrentes inmisericordes

con la complicidad de los corruptos,

o la pequeña desgracia de los pasajeros

y del ladrón imprudente acorralado.

 

Ya no sigamos ante este aparato de muertes

inauditas o canciones viejas o programas

anodinos.

Afuera está mi pequeña montaña,

por trechos habilitada para las vacas

y sus ubres bondadosas,

está el viento pasando como si quisiese

llevarse todos los tejados,

adentro esperamos una taza de café chorreante

ante el frío y las frondas meciéndose

con las calandrias ordinarias y los imprevistos tucanes.

 

Afuera podemos volver a renacer

como cuando vamos al lecho que construimos

y nos solidarizamos ante el miedo y la niebla.

 

Después de todo, el mundo no es lo mismo,

no es igual o sinónimo de planeta azul.

El agua danza nítida entre las cascadas

y alisa las piedras

hasta ser eternidad con ellas.

 

 De un nuevo poemario en preparación

derechos de autor reservados por ley

 

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Comentario

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PLUMA DIAMANTINA
Comentario de Ronald Bonilla Carvajal el junio 7, 2023 a las 11:19am

Gracias, Cartmen Amaralis, por pasar y dejar tu linda huella, abrazos

Comentario de Carmen Amaralis Vega Olivencia el junio 7, 2023 a las 9:09am

Ronald, esquicitos poemas de sublimes im[agenes, que belleza, gracias mil, amigo, bendiciones, Amaralis

Ando revisando  cada texto  para corroborar las evaluaciones y observaciones del jurado, antes de colocar los diplomas.

Gracias por estar aquí compartiendo tu interesante obra.

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