La etapa que nos propusieron completar, al inicio de nuestro paso por este mundo, consiste en demostrar en cada momento y en diferentes formas, la capacidad de discernir entre el blanco y el negro, lo negativo de lo positivo, qué es lo que asciende y qué desciende, sin darnos ventaja pero presionándonos, aun a cuenta de nuestra básica libertad de elegir.
Vamos acumulando pericia en nuestro derrotero, y a semejanza de la hormiga obrera, acumulamos grano a grano nuestra experiencia, para almacenarla en pro de un futuro tranquilo y acogedor.
Caídas son desechadas por el tiempo impasible, nuestras naturales defensas, inducidas por los hereditarios genes, se reproducen sin descanso, con una única consigna: cumplir la meta.
Los débiles desfallecen, van quedando en el camino, no hay misericordia que los proteja. Sin embargo, nada muere, todo se transforma. Al igual que los agujeros negros de las lejanas galaxias, vamos aumentando nuestra energía con el correr de los días, pero corremos el peligro de que nuestra propia luz nos encandile y absorba.
La mente humana tiene poderes incontrolables, desconocidos y, además, provisiones incalculables... en una palabra...un arma de doble filo.
Cabe destacar que los humanos, el que más el que menos, estamos propensos al ataque de la negligencia, que en la mayoría de los casos trae aparejada epidemias de violencia, y en tales cruciales momentos, es cuando por inercia grupos carentes de raciocinio y ocultos tras la máscara de una religión, socavan los cimientos de la humanidad.
El poder de selectivo de nuestra masa gris, un complejo conglomerado de circunvalaciones, cayados y neuronas, irrigados por conductos con energía propia, trabaja sin cesar, tratando de guiarnos, con el fin de lograr subsistir hasta que llegue el momento de pasar a la siguiente etapa.
Llegamos si haberlo decidido y nos vamos aunque decidamos lo contrario.
Ambos instantes están fuera de nuestro alcance.
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*Registrado/Safecreative N°1708213328971
*Imagen de la Web
Comentario
Querido Beto, tus palabras en "Volver a empezar" son como un abrazo a medianoche: me sacuden, me hacen sentir menos sola en este viaje tan raro de ser humana. Esa imagen de "acumular grano a grano" me sigue dando vueltas, verdad tan dulce y amarga a la vez. Como hormigas que guardan hasta las piedras que las hicieron tropezar, porque saben que hasta el dolor es semilla.
Y esa línea que me hizo resonar: "nuestra propia luz puede encandilarnos". Ay, Beto, cuántas veces nos creemos dueños de lo que apenas somos aprendices. La mente como arma de doble filo —tan frágil y poderosa— me obliga a preguntarme: ¿hoy elegí ser jardinera o incendio?
Gracias por recordarme, con tu voz que mezcla ternura y cicatrices, que "llegamos sin pedirlo y nos vamos sin permiso"... pero que en ese paréntesis fugaz, somos dueños del amor, los errores y los versos que dejamos caer.
¡Qué belleza tener esas palabras guardadas para cuando la sombra pida compañía!
Asi es, Natukita,
***Entre luz y sombra... ahí se decide todo.***
Gracias mil por regalarme tu bienvenida presencia.
Van abrazotes....
Con sumo gusto recibo tu comentario, Pilarcito, y más que más tu cariñoso abrazo.
Aquí va el mío....
Obra destacada
Beto, tus palabras son un espejo inquietante
nos muestran lo que somos y lo que podemos perder
si dejamos que la mente corra sin alma.
Entre luz y sombra... ahí se decide todo.
soñar desde adentro y renacer día a día.
(Escribo Para Que El Silencio No Duela.)
Natuka Navarro – Luna Poetiza
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