EL VIAJE (Cuento)
Margot se levantó aclarando el día, sin siquiera imaginar que lo que sucedería después, quedaría por siempre en su memoria.
Ese día todo parecía normal, un día de rutina, nada de que preocuparse, pensó. Después de un rico baño, se preparó unas tostadas con mermelada, por todo desayuno y se dispuso a ir a trabajar, su último día de trabajo, muy pronto se iría del pueblo, como lo habían hecho sus hermanos, la mañana estaba fría, el viento silbaba y amenazaba lluvia. Margot pensó que de presentarse una tormenta, tendría que quedarse en casa, así que tranquilamente se sentó en la pequeña salita, mientras la lluvia empezaba invadir las calles, reclino la cabeza y dormitó un buen rato, al despertar, un fuerte olor a petricor, llenó su nariz, su aroma fresco y penetrante invadió la salita, se levantó un poco aperezada y se asomó a la ventana, pocas personas deambulaban por las calles, alguien retornaba a su casa, era la anciana dueña del edificio del frente, en tiempos pasados, hubo allí una sala de cine, única atracción del pequeño poblado, después, la anciana y su esposo, recién llegados, compraron el lugar para transformarlo en un edificio de viviendas, eso pasó hace ya varios años, cuando era pequeña y aún no empezaba a ir a la escuela, recordó a sus hermanos, compañeros de juego, que ya mayores, habían abandonado el pueblo, a sus padres, hoy muertos,y siempre conflictivos, sus juegos infantiles, sus vecinos, su felicidad de entonces… Margot sacudió la cabeza, miro en torno, ahora el pueblo había crecido una enormidad, y estaba lleno de comercio, un sentimiento de nostalgia inundó su pecho, ya no podría ir a trabajar,estaba tardísimo,así que mejor, sería organizar todo para el viaje, tantos recuerdos pasaron por su mente, tantas cosas de las que nunca creyó separarse, ese había sido su hogar, allí estaba su niñez, sus sueños juveniles, y quizá jamás volvería. Había decidido dejar la casa que la vio nacer, ¿era esta una buena decisión? No lo sabía, en el poblado todos la conocían,y era apreciada, en el trabajo la trataban de maravilla, hasta un ascenso le habían prometido. ¿No estaría cometiendo una locura? Lo ignoraba, tampoco era cosa que le quitara el sueño, ni menos se volvería un mar de llanto por tomar su decisión, comenzaría una nueva vida con Gustavo, con él deseaba tener lo que nunca tuvo: una verdadera familia, al menos una propia, lo había conocido un año atrás, fue a la salida del trabajo, cuando con su mejor amiga y compañera, Julia, se dirigían a la cafetería donde cada tarde, después de terminar labores, disfrutaban de un rico café, él estaba allí, con su cara bronceada, con el porte de quien ha vivido siempre en las grandes ciudades. Sus movimientos denotaban, elegancia y finura, sus cabellos negros, bien peinados, su cuerpo delgado y vigoroso daba la impresión de una indomable fuerza de voluntad, fue un “me gustas” a primera vista.
—¿Pues, como que te atrae el chico, no? Preguntó Julia con sorna.
—¿Cómo así? No, para nada.
Y sencillo, tenía apenas veinticinco añitos, y entre sus prioridades no estaba tener una relación, Pero la verdad es que, por primera vez, ponía sus ojos en alguien del cual, estaba segura, podría enamorarse.
Por su parte, Gustavo, se quedó asombrado de su belleza, su rostro ovalado, sus labios carnosos, su hermosa sonrisa y unos ojos verde turquesa, unido a una abundante cabellera negra, que le cubría la espalda y un cuerpo de campeonato, lo dejaron asombrado, tanto que desde ese instante, no pudo apartar el pensamiento de ella. Gustavo rozaría los 30 años, había llegado al poblado hacía escasos 20 días, y su estadía se demoraría aproximadamente un poco más del año, pues tenía que organizar ciertos proyectos, en su calidad de ingeniero agrónomo, por estar recién llegado, no tenía amigos, si muchos conocidos, por eso al ver llegar a Margot, quedó impactado, nunca había visto, mujer más hermosa, se fijó en sus manos, no llevaba sortija de compromiso, por lo que dedujo que estaría soltera,«»tendré que conquistarla, tendré que volverla a ver«»pensó para sus adentros. Su deseo se cumplieron, cierta tarde en que Margot visitaba la cafetería, allí estaba él, con su sonrisa cautivadora, y un — hola. — Hola, respondió Margot, mientras sentía que su rostro se convertía en un capullo de rosas rojas.
Hablaron de cosas triviales, del tiempo, de lo lindo que estaba el pueblo, y como habían simpatizado, quedaron en seguirse viendo en el mismo lugar.
Llegaron a conocerse bien. Él la esperaba todas las tardes a la salida del trabajo y la acompañaba hasta su casa. Pensó que el tiempo había transcurrido muy rápido, apenas un año antes, lo había conocido y se habían hecho novios.
Recordó como se fue metiendo en su mente, como ese algo nuevo invadía sus sentidos, con una inefable dulzura, como se adueñaba de todo su ser, como olvidar lo feliz que era, como había cambiado su vida en este último año, a veces salían a pasear por el parque y como él le obsequiba un helado y le recitaba versos de Buesa o de Paul Géraldy, y como esto le provocaba una sensación dulce y tierna, al evocarlo, mil fantasías revolotearan en todo su ser, y es que con él todo era distinto, siempre a la espera de algo, y con el constante temor que todo fuera un sueño,que tanta felicidad terminara, el día era corto cuando estaba con él, y cuando se separaban quedaba triste y hasta lloraba, pensando que todo esto podía terminar, se sentía morir cuando no estaba con Gustavo, no podía pensar en nada, ni hacer nada; pasaba los días enteros pensando intensamente en él, y es que se había convertido en un pensamiento constante, en su razón de vivir. Sacudió la cabeza, apartando los recuerdos de su mente. Tenía mucho que hacer todavía, el viaje estaba programado para los próximos días, aún tenía que presentar la renuncia de su cargo, como sub-gerente de la fábrica de telares, la única del pueblo, despedirse de sus compañeros y arreglar ciertos pequeños asuntos, todos referentes a su cargo,
¿después…? El viaje, una nueva vida la esperaba al lado del ser que amaba, una vez instalados en la ciudad, se casarían, todo lo tenían planeado, la verdad, su amor había crecido, desde la primera vez que lo vio en la cafetería y ya era un anhelo el estar casada, de llegar al pie de los altares, así Margot, dejaba su trabajo, sus pocos amigos, el hermoso paisaje del precioso poblado que tanto amaba, todo por seguir al hombre de sus sueños, pero ese hombre era el que su corazón había elegido.
Margot dejó a un lado sus pensamientos, fue hacia la ventana y corrió la cortina. Su amiga julia llegaría de un momento a otro. Era su mejor amiga, claro, también estaban sus demás compañeros de trabajo, pero eso era otra cosa, Tocaron a la puerta, Margot abrió y su amiga Julia entró con rapidez.
— ¡¡Vaya diita!!No para de llover,¿como estás linda?
—¿No ha venido Gustavo todavía, Margot?
—Todavía no.
—Oye, Margot, ¿Para cuándo es el viaje?
—¿El viaje, Julia? Pronto, una o dos semanas a lo sumo,
—¿Vais a vivir con tus suegros? no contestó,esa era una cosa de la que no habían hablado, en su locura de amor, no habían analizado ciertos detalles para el futuro.
—¿Saldrás hoy con Gustavo?
—Sí, pronto vendrá, ya va siendo hora de irme. Cuando regrese espero encontrarte, aquí o en tu apartamento para que conversemos.
Margot se marchó. Gustavo la esperaba con la puerta,del lujoso carro, abierta, y, al verla, una sonrisa alegre, se dibujó en su rostro.
—Gustavo, cariño y le dio un beso.
—Hola, mi cielo, qué hermosa estás.
—gracias, —¿Dónde me llevas?
—Es una sorpresa, la verdad, hacía tiempo quería invitarte a bailar, después de cenar, claro.
— Vamos donde tú desees mi amor, le contestó mimosa. Para Margot, haber conocido a Gustavo, era lo mejor que le había pasado. Apoyó la cabeza en su hombro, mientras él conducía por la estrecha carretera, recordando,con los ojos semicerrados, aquel día, un año atrás, cuando lo vio en aquella cafetería. Gustavo era un hombre sumamente, guapo y sintió un no sé qué muy intenso el día que lo conoció.
—Bien, iremos a cenar, después, no lo sé, hoy me siento feliz y, a la vez, tengo miedo, y no comprendo de qué, es una sensación extraña, son tonterías, no es nada,de que preocuparse.
—Iremos a bailar, parece imposible que llevemos un año juntos y nunca lo hemos hecho, dijo Gustavo dándole un apasionado beso.
—Tienes razón, mi amor, oye cariño, Tenemos, como bien lo dices, un año de estar saliendo, hemos hablado de casarnos, de como va a ser, nuestro nidito de amor, pero… No me has hablado de tus padres, si viviremos con ellos, lo digo, porque sé el inmenso amor que les tienes.
——Tontita, viviremos aparte, jamás te llevaría a vivir con mis padres, aunque sé que te van a querer mucho, deja no más que te conozcan. No te preocupes, tengo un piso, de mi propiedad, y ahora está desocupado, te va a encantar.
Al día siguiente, Julia llegó a verla. Las dos amigas se abrazaron con fuerza.
—Hablé con Gustavo, le conté de mis temores, temores que disipó al asegurarme que viviremos aparte, la verdad, nunca habíamos tocado el tema, fuiste tú quien encendió las alarmas.
—Eres muy linda, Margot, y yo me alegro por ti, aquí encontraste al amor de tu vida, y sé que te hará feliz. ¿Sabes? Quisiera que te quedaras, pero sé que no es posible, me sentiré un poco sola en este pueblo, eres la única amiga que tengo, pero, no creas que te escaparás de mi tan fácil, iré a visitarte muy seguido ¿y quién sabe? A lo mejor encuentre mi media naranja allí.
—Lo encontrarás, amiga, eres muy guapa, y una gran mujer, cualquier hombre estaría orgulloso de estar contigo.
Durante los siguientes dos días, no volvieron a hablar, tiempo que aprovecho Margot para ultimar detalles, recordó que aún no había renunciado a su trabajo, al menos de forma oficial, así que sin pensarlo mucho, agarró su bolso y salió dispuesta a hacer esa diligencia, camino despacio, podía coger un carro que la llevara más rápido, pero prefirió caminar, así ordenaba de una vez sus pensamientos, además no estaba tan lejos, más tarde pensaba encontrarse con Gustavo, y con Julia, además de ultimar algunos detalles del viaje, irían a mirar, la nueva colección de vestidos de novia que llegaron al pueblo, había quedado de encontrarse con ellos en la cafetería de siempre, una vez hiciera su diligencia. Sin saber por qué, había empezado a ponerse nerviosa, algo en el ambiente, presagiaba tormenta. Una hora después, ya estaba libre, y encaminó sus pasos hacía la cafetería, refugio de su amor, aunque no podía quitarse el nerviosismo, tenía el presentimiento de que algo malo iba a pasar. Cerca, a unos cuantos kilómetros, estaba el volcán, al que le tenía pavor, y del que no quería recordar su nombre, muchos años atrás, contaban los viejos, entró en erupción, ni ella ni sus padres habían nacido, en aquella ocasión, casi destruye el poblado, a lo lejos, como una maldición, se escuchaba las notas de un tango, una melodía triste y melancólica que ahora sonaba como una burla. Miró hacía el volcán, una pequeña columna de humo subía desde la boca del volcán, instantes después todo fue un mar de cenizas, la lluvia empezó a caer, y la tierra a temblar, miró alrededor, todo se sacudía, la gente corría sin rumbo, algunos gritaban, querían huir del terremoto, los edificios se balanceaban, un árbol cayó cerca, buscó refugio bajo una columna, era el caos, a lo lejos se escuchaba las sirenas de los bomberos, algunas edificaciones se venían abajo, un perro ladraba sin saber qué estaba pasando, las calles cubiertas de ceniza, muy cerca el llanto de un niño, y su madre aterrorizada, buscaba un refugio seguro, donde esconderse, las vidrieras de las ventanas estallaban, gritos, rezos, locura, ruidos subterráneos,voces invocando a Dios, casas derrumbadas, el pueblo quedó a oscuras, la mitad ya destruido y los minutos se volvieron eternidad. Fue como mirar una película de terror, pero en directo, fueron los dos minutos más terribles que Margot vivió, pero que le parecieron horas, instantes después, todo había pasado, solo se sentía réplicas ligeras, y la ceniza que se aposentaba encima de todo. Margot salió de su refugio y su mirada abarcó la calle, casas desplomadas, escombros en el piso, y la gente corriendo desconcertada, reclamando a sus seres queridos, muchos de los cuales yacían bajo una pila de escombros. Quedaba en el ambiente, un extraño olor, como a azufre, caminó entre las ruinas que dejo el terremoto, a su alrededor, destrucción y muerte, pensó en Julia,su amiga, y en Gustavo,el hombre de sus sueños, que deberían estar esperándola en la cafetería,"ojalá estén vivos" murmuró. Como pudo, caminó hacía la cafetería, de repente, una figura emergió de la oscuridad. Era su amiga, Julia, llegaba demudada. Su rostro estaba pálido y gruesas lágrimas empezaron a mojarle la cara. Su voz temblaba… —"Margot, lo siento…", dijo. —¿"Qué pasa?", preguntó Margot, su voz llena de ansiedad,como presintiendo lo peor, Julia respiró hondo antes de responder. —"Gustavo…" Margot se quedó en silencio, una palidez mortal, cubrió su rostro, sus piernas temblaron, sintió que la oscuridad la invadía,se desmayaba,su mirada vacía, "—¿Y…?", preguntó finalmente con un hilo de voz. Julia negó con la cabeza."la abrazo fuerte" _"lo siento, Margot, Él no sobrevivió".
FIN
Un amor que germino en el dolor,en un dolor que mata y que redime,
triste y melancólico como el cadaver de una rosa. Fue la sombra pálida de un sueño,
de un sueño que hoy viaja hacia el olvido,agonizando en las praderas de rosas moribundas.
KIN MEJIA OSPINA 

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Comentario

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PLUMA DIAMANTINA
Comentario de Rafael Mérida Cruz-Lascano Hace 7 horas

Felicitaciones Kin MEJIA OSPINA.

Congratulaciones un cuednto romantico  con encrucijadas de la vida real , dramas, ficciones borrascosas, al que le faltó el final triste.

Rafael.


PLUMA DIAMANTINA
Comentario de kin Mejia Ospina Hace 16 horas

Gracias, mi querida, Beatriz, por el gran análisis que has hecho de este cuento, que aunque nació de la imaginación, puede ser real, un enorme abrazo, no sabía que estabas publicando aquí, pero me alegra que lo hagas, por el bien del portal, tu presencia le da calidad a esta página.


PLUMA ÁUREA
Comentario de Maria Beatriz Vicentelo Cayo Hace 20 horas

Es una hermosa aunque penosa historia, la que nos relatas mi querido Kin!

Has referido al detalle los pormenores de encuentros y situaciones lo que le da relevancia e intensidad para ese final tristemente inesperado.  Y aunque hoy leemos esto como una historia, pues  sucede en ocasiones corroborando que el hombre hace planes, pero la última palabra la tiene el destino.  No te nombro a Dios porque conozco tu posición al respecto, por lo tanto diremos que fue el destino quien no quiso que este amor se consolidara.  El final que asombró leerlo, le dio el toque de relevancia a esta historia tan bien relatada tanto gramaticalmente, como la señalización de los hechos, tan admirablemente ordenada.

Por lo visto, no solo eres grandioso como poeta, sino que el talento de escritor con excelsitud lo tienes contigo también!

Me alegra mucho haberte leído!

Muchísimas gracias

Mis cariños y admiración de siempre!

Ando revisando  cada texto  para corroborar las evaluaciones y observaciones del jurado, antes de colocar los diplomas.

Gracias por estar aquí compartiendo tu interesante obra.

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