SOLILOQUIO DE UN NUEVO AMANECER.
Fluyo, soy Venezuela,
un cauce de historia que serpentea,
mis tierras reflejan el cielo,
y en cada rincón, un susurro de historias.
Soy la corriente que avanza,
sin prisa, pero sin pausa,
llevando conmigo las memorias,
las risas, las lágrimas,
los sueños que se deslizan como hojas.
En mis profundidades,
habitan los ecos de mis anhelos,
las piedras que he encontrado,
cada una un obstáculo,
pero también un maestro,
que me enseña a sortear,
a adaptarme, a cambiar.
A veces me desbordo,
en tempestades de emociones,
mis tierras turbias se agitan,
la rabia me consume,
como un fuego que arde sin control,
la desesperación me arrastra,
como un remolino que me hunde,
mis montañas golpean el cielo,
rompiendo en mil pedazos,
la furia de una nación desatada.
Pero luego, calma,
un remanso donde la reflexión florece.
Soy el espejo del mundo,
reflejando la luz y la oscuridad,
la serenidad y la tormenta.
Mis llanuras son testigos,
los árboles que me abrazan,
las flores que se asoman,
en este viaje interminable,
donde cada gota cuenta,
donde cada instante es un regalo.
Así, en este fluir constante,
encuentro mi esencia,
soy la tierra que nunca se detiene,
y en mi recorrido,
descubro que la vida es un viaje,
una danza de corrientes,
una sinfonía de cambios,
donde cada curva es una oportunidad,
y cada remanso, un respiro.
Y en cada respiro,
una chispa de esperanza,
un nuevo amanecer,
donde mis tierras se renuevan,
y sigo mi curso,
hacia un horizonte de posibilidades.
Pero en mis profundidades,
donde la luz apenas llega,
se ocultan secretos,
sombras que susurran,
misterios que nunca revelo,
historias que solo yo conozco,
y en cada curva,
una pregunta sin respuesta,
un enigma que flota,
en el silencio de mis tierras.
Y en ese silencio,
una melancolía latente,
un eco de lo que fue,
de lo que pudo ser,
un susurro de tiempos pasados,
que se pierde en la corriente,
dejando solo un rastro,
un enigma sin resolver,
en el corazón de mi patria.
Pero incluso en la melancolía,
una chispa de esperanza brilla,
un nuevo amanecer se vislumbra,
donde mis tierras se renuevan,
y sigo mi curso,
hacia un horizonte de posibilidades,
donde cada misterio,
cada enigma,
es una promesa de lo que vendrá.
Autora: Norma Cecilia Acosta Manzanares
Comentario
Gracias Edith.
Gran verdad en tu hermoso poema
Muchas gracias Delia Pilar.
Gracias Elias.
Agregado por Nilo 0 Comentarios 1 Me gusta
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