ME BEBÍ SUS LÁGRIMAS
En horizonte su fija mirada me vio marchar
Y el fluido desborde más no lo pudo guardar
A sus rosadas mejillas no paraban de bañar
Con apuro, a la querencia, hube de retornar
Sin tener modo alguno como a ellas guardar
Deleite inacabable, gota por gota para libar
Brillantes más que lágrimas, eso se advertía
A sal no sabía, era almíbar, divina ambrosía
Por el gran amor que la amada por mi sentía
Luis Ricardo Landeo Ponce
Lima - Perú
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