MIS NIETOS Y LOS ÁRBOLES DEL FONDO ( narrativa)

[Martha Dora Arias Brun]

MIS NIETOS Y LOS ÁRBOLES DEL FONDO.
Narrativa

En la etapa otoñal de mi vida vivo entre plantas, flores y trinos , en mi casa de Federación, un pequeño pueblo natal , pacífico y seguro.
Temprano levanto las persianas, dejo entrar al sol que nace en el horizonte uruguayo, lo invito a que se arrime y alumbre el interior. Miro los tirantes duros del techo, las manchas y nudos con figuras de animales y las repisas satinadas con cetol .

Salgo al patio de atrás cubierto de rústicas baldosas color sangre y junturas anchas como la de los museos coloniales que conocí de niña. Allí , gran deleite cuando huelo la grama brasilera recién cortada por un viquingo extraviado que poda el pasto a ras del suelo con su máquina de gasoil.

Aprecio y agradezco este espacio y todos los espacios abiertos de la casa.

Atrás, en el fondo, la tierra habitada por plantas de verdes intensos me reclaman seguido un poco de agua, la quita de hojas secas o una poda liviana.

Mis ojos descubren vuelos y avistan gorriones, palomas, calandrias, zorzales y algún picaflor que llega de visita.

Allí vive un parral que despliega generoso la sombra sobre el patio español con antigua mesa de cerámica que heredé de mi madre. En las mayólicas de las paredes las figuras de dos sevillanas parecen danzar una jota española entre malvones rojos. En ese cálido rincón tomamos la leche, el mate, el té, cenamos y almorzamos según nos deje el sol del verano o el invierno.

La parra es como una prolongación de mi ser. Planté con mis manos esas vides cuando apenas eran esquejes indefensos y hoy, luego de veintidos años, me devuelven racimos que en los febreros sacian nuestra sed de uvas rosadas, dulces y jugosas. Con la vieja tijera que me acompaña hace más de cuarenta julios, podo en los meses  sin  r  las ramas bienhechoras. Amo mi valiosa tijera que nunca abandono. Por tanto uso, parece adiestrada pero en realidad ella sigue el juego de mis dedos: dos yemas de la rama y un corte, dos yemas y un corte, así como me enseñó a podar don Miguel Olabarriaga, el vasco amigo de mi padre que me regaló los sarmientos que enterré en 1995.

¡Vaya mi alegría cuando viajando por el sur de Francia, en la Bodega Freixenet, pregunté curiosa a la guía: ¿podría explicarme cómo hacen la poda? “- Cada dos yemas se realiza un corte-” respondió la joven. Mi corazón galopaba de asombro entre las preciadas botellas de champagne…Así me había enseñado aquel Vasco querido.

De mi amada y vieja casa echa a pulmón con mi esposo ,otras cosas sacuden mi corazón : los árboles, las plantas ,las flores.
Los árboles son para mí especies vegetales que nacen, crecen y se elevan mostrando semejanzas y diferencias, luciendo sus estilos como los hombres.Algunos lucen elegantes, torcidos, inclinados, larguiruchos, frondosos, escuálidos, destilan colores, perfumes, hojuelas.
Observándolos aprendí muchas cosas y bauticé a cada especie con el nombre de mis nietos.

Conté el hecho en mi trabajo y entonces un padre de mi querida escuela de La Boca, al enterarse de mis árboles con nombres, me preguntó : ¿Quiere que le grabe los nombres de sus nietos en una chapita ? Soy herrero del Club Boca Juniors y puedo hacerlo.
Un síiii largo y feliz fue mi respuesta.
Desde entonces el parral se llama Emanuel, como mi nieto mayor.
El pomelo rosado : Noelia.
La naranja de ombligo: Micaela.
La araucaria : Rodrigo.
El ibirapitá de flores amarillas: Dora, como mi madre.
El limonero, ahora un poco triste : Juan Ignacio.
El mandarino que se secó y repuse : Nahuel .
El incipiente níspero que en septiembre dio sus primeros frutos : Victoria.
El quinoto-que ya no existe y era el más antiguo- se llamaba Héctor hasta que un día empezó a decaer y murió como su dueño.
Con los árboles nos comunicamos, ellos son mis mascotas vegetales, una parte de mi familia viva.

Cuando alguno de los muchachos declina o se entristece, el árbol que lleva su nombre también se afecta.
Eso me empuja a observar , a mirar con detenimiento y a comparar los procesos paralelos de plantas y personas con idéntico nombre.

Por ejemplo, recuerdo y asocio el casamiento de un nieto con su árbol encendido de frutos; el logro de algún trabajo coincidente con la planta repleta de brotes; un episodio no feliz ocurrido a un tercero con la imagen de ramas apestadas.

¿Cómo interpretar estas señales? ¿Qué similitud se cocina entre ellos? No lo sé. Pero sí, cuando observo alguna anormalidad coloco las plantas en terapia intensiva, las mimo y las atiendo con dedicación.

Considero a las hojas como termómetros vegetales que marcan el estado de salud de mis protegidos . Los verdes intensos , las hojas abiertas, las nervaduras bien definidas son como el alma en paz de sus dueños. Los frutos simbolizan produción , logro de objetivos a través del sano camino recorrido. Mi percepción y sensibilidad , admiten creencias , paradojas, coincidencias que yo sola entiendo .

Amo las plantas, amo la naturaleza toda.

Contemplo el verde inglés del pasto, disfruto del agua fresca de la manguera, me place regar, admiro el chorro limpio que lanzo a las alturas cuando lavo las ramas de los árboles y palmeras y doy gracias a Dios por la maravilla de vivir con ojos que ven y manos que aún producen.
El fondo de casa, es mi lugar de ocio preferido. A la vez que trabajo, hago gimnasia, ayudo a mi circulación, tomo sol con discreción, no pienso en malas noticias, escucho música y doy agua a los sedientos como si ellos fueran súbditos del desierto y yo la Reina del Agua dulce.

Así, jugando con la manguera, enciendo en las alturas una lluvia de cristales paralelos a los rayos del sol que iluminan vivamente los espacios de mi querida y vieja casa entrerriana.

Martha Arias Brun 2018

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[Martha Dora Arias Brun]

 DELIA QUERIDA 

Siempre DISPUESTA, CON AUTORIDAD TÉCNICA PARA LEER, EVALUAR Y COMENTAR. TE FELICITO POR TU NOBLE Y  CONSECUENTE TAREA.QUE INSUME TIEMPO Y ESFUERZO.

Gracias por tu comentario querida mendocina . Me encanta tu Mendoza !!!

abrazo, MARTHA

[Martha Dora Arias Brun]

 CRÍSPULO RUFINO, EL HOMBRE DE LA ROSA.

Gracias amigo por tu lectura y tu deseo de felicidades que retribuyo con sinceridad.

Hasta pronto querido poeta.

abrazo Martha 

[Martha Dora Arias Brun]

Benjamín  .

GRACIAS  muchacho, celebro que hayas disfrutado con la lectura.

GRAN ABRAZO .

Martha

[Martha Dora Arias Brun]

Muchas gracias ORLANDO . Me emocinó  tu sensibilidad para captar el feed back que las plantas y yo  establecemos con naturalidad. 

Cualquier  gajo que entierre nace  pronto y saludable, y  ahora que conozco gente que sabe de campo y naturaleza aprendo lo que no tuve tiempo de conocer cuando era joven. Mi madre fue un ejemplo en ese sentido pues jugaba continuamente con la tierra y cuando le decía : mamá , no te ocupes  tanto,  deja las plantas que te ocupan y te  ensucian. SEGURO QUE NO COMPRENDÍA  las satisfacciones que provocan el ver crecer un hierba, un árbol o una planta nueva  sembrada por una . 

Para tí mi gratitud por tu elogioso comentario y  el encanto de hallar otro amante de la  Naturaleza. 

Un abrazo .

Martha  R.A.

 

[Orlando]

Gracias Martha. Me gustó, me encantó tu narrativa: en especial tu descripción de esa hermosa relación con las plantas (Casa,patio,árboles, flores, frutos y familia).  Mi infancia y juventud transcurrió , felizmente, en el campo (Edo Monagas-Venezuela ) entre cabrias petroleras, sabanas, vacunos, ríos, lagunas  y bosques de galerías, SENTI MUY DE CERCA LA NATURALEZA.  la asumí como algo dado, la respeté y disfrute: la viví, pero nunca la cuidé con ese cariño y dedicación que bien tu narras. HOY HE APRENDIDO ALGO MAS DE ELLA GRACIAS A TI. Recibe mis respetos, consideración y fraterno cariño. HOY EL MUNDO EN SU LIQUIDEZ NECESITA MUCHO DE ESA  VISIÓN HOLISTICA Y MISTERIOSA ENTRE NATURALEZA Y SERES HUMANOS.  ENTONCES EL MUNDO Y LA VIDA SERÍA OTRA COSA MUY DIFERENTE. bendiciones para ti y larga vida para que sigas verdaderamente existiendo.   Respetuosamente: Orlando

[Benjamín Adolfo Araujo Mondragón]

¡Preciosa prosa Martha!

Impecable...

[Delia Pilar]

Maravillosa tu narrativa, Martha. 

Muy loable tu cariño por las plantas (lo comparto pues yo también tengo berretín 

por ellas); no hay amor más saludable, tanto para el que lo profesa como para su

destinataria: la naturaleza. Como bien dices, mientras desarrollas esa tarea

recibes múltiples beneficios.

Gracias, Martha, por compartir tus letras tan bellas.