REDENCION
¡Oh, Señor! Tú que todo lo conoces
y que nada oculto a tu faz es posible,
conoces por entero todos mis reveses,
cometidos por esta mi alma tan feble.
Soy una podrida llaga y hedor hiriente.
Llanto, dolor, amargura como ajenjo,
con arrepentimiento cierto, lágrimas
aniegan mis ojos, surcándome entero,
no bastan para lavar todas mis faltas,
mis rebeliones, mis indignas traiciones.
Nada soy yo, Señor, digno de tu justicia.
Mas me aterra perderme para siempre.
Oscuridad, olvido, vacío, ausencia eterna,
de tu presencia plena y tu luz admirable.
Mi alma perderte por siempre no desea.
Me hundo en medio del mar de la duda,
veo tu presencia amada y no soy digno
de levantar mi mirada hacia tu rostro
por mi pecado, con dolor desfigurado.
¿Hay perdón para mi alma desesperada?
No me abandones, Señor justo y bueno.
Tu misericordia, tu perdón contrito ruego.
Líbrame del fuego horrendo del infierno.
Mi alma te implora, con dolor, en silencio,
un lugar alejadito me guardes en el cielo.
¿Habré perdido, de cierto, toda esperanza?
¿No habrá perdón para este mísero pecador?
¿Por qué mi alma pronto duda de tu perdón?
¿Tan inmensa e imperdonable mi traición?
¿No es más grande tu misericordia, tu favor?
Señor, no soy digno de ti pero una palabra,
una sola de tu boca, bastará para curarme.
Lava mis heridas te lo ruego, Señor bendito,
con sangre y agua de tu sagrado costado,
con lanza impía, con mis manos traspasado.
Perdóname, te suplico, Señor Jesús, mi Rey.
Deja mi corazón y alma, tras vagar agotado
sendero de desolación, valle perdido sin ley,
retorne a tus brazos, hijo pródigo esperado,
contrito al redil, por tu gran amor limpiado.
Cantaré, lleno de alegría, salmos, alabanza,
permaneceré siempre, a tu santo costado.
Elevaré mirada al cielo, rostro restaurado,
corazón ardiente, pleno de amor, esperanza,
bendeciré día a día tu perdón, Dios amado.
Luis Ricardo Landeo Ponce
Lima - Perú
Derechos reservados
Comentario
retorne a tus brazos, hijo pródigo esperado,
contrito al redil, por tu gran amor limpiado.
Clamor y oración
Excelente
mary
¡Qué oración para más sincera!
Perdóname, te suplico, Señor Jesús, mi Rey.
Deja mi corazón y alma, tras vagar agotado
sendero de desolación, valle perdido sin ley,
retorne a tus brazos, hijo pródigo esperado,
contrito al redil, por tu gran amor limpiado.
¡Lindísimas letras en una oración donde el hombre reconoce su pequeñez y su pecado!
Gracias
Preciosa oración en poema; Luis.
Muy conmovedores besos de expiación.
Bello en contenido y estructura.
Señor, no soy digno de ti pero una palabra,
una sola de tu boca, bastará para curarme.
Lava mis heridas te lo ruego, Señor bendito,
con sangre y agua de tu sagrado costado,
con lanza impía, con mis manos traspasado.
Hermosa y sentida oración
Un abrazo!!
Perdóname, te suplico, Señor Jesús, mi Rey.
Deja mi corazón y alma, tras vagar agotado
sendero de desolación, valle perdido sin ley,
retorne a tus brazos, hijo pródigo esperado,
contrito al redil, por tu gran amor limpiado.
¡Preciosa oración hecha poema mi querido Ricardo!
Efectivamente debemos empezar por reconocer lo que somos, lo que hicimos o hacemos mal y luego hincarnos de rodillas y pedir perdón a nuestro Señor, Dios Padre y proceder al CAMBIO! Un cambio que nos permita entrar al Reino del Señor. Si no llegamos a CAMBIAR, de nada valdrán nuestros lamentos de arrepentimiento!
Felicitaciones, letras conmovedoras que nos llegan al corazón!
Un abrazo
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